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Seguros médico para bebés y niños ¿merecen la pena?

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¿Vale la pena contratar un seguro médico para bebés? Te contamos todo lo que debes saber para valorar si es o no el seguro.

Un recién nacido precisa de un seguimiento médico exhaustivo, sobre todo si se trata del primer vástago de una familia. En ese caso, la inexperiencia de los padres provoca que cualquier dolencia se convierta en un problema enorme que precisa de la ayuda de los profesionales sanitarios.

Un recién nacido precisa de un seguimiento médico exhaustivo, sobre todo si se trata del primer vástago de una familia. En ese caso, la inexperiencia de los padres provoca que cualquier dolencia se convierta en un problema enorme que precisa de la ayuda de los profesionales sanitarios.

En realidad, quienes han pasado por la situación saben que las visitas a sanitarios los primeros meses de vida de un bebé son más habituales que los de una persona de edad avanzada.

Suelen tratarse de pequeñas molestias sin importancia en la mayoría de los casos, pero puesto que vienen provocadas muchas veces por la inexperiencia paterna, acaban en consultas. Y eso, a su vez, supone mucho tiempo perdido para los progenitores.

Una solución evidente a este problema es la de tener un seguro de salud para los bebés, que nos permita acudir a una institución privada y solucionar esas incidencias médicas de forma ágil y rápida.

Hoy vamos a revisar los seguros de salud para bebés y niños y trataremos de resolver las principales dudas que genera su contratación.

 

¿Por qué contratar un seguro de salud para un bebé?

Una de las principales razones de contratar un seguro de salud para un bebé es el miedo de los padres, sobre todo si son noveles, a que les pase algo que ellos no sepan identificar.

También está el miedo a que esas largas esperas en los hospitales públicos provoquen daños mayores, pues las dolencias de los pequeños siempre son urgentes y no facilitan la identificación de sus males al no poder expresarse.

Y no menos importante, la necesidad de los nuevos padres de que alguien resuelva sus constantes dudas con rapidez (consultas telefónicas de asesoramiento técnico 24 horas) y de que sea un médico o sanitario con experiencia quien atienda a su hijo desde el primer día y les aporte la tranquilidad que ellos no tienen.

Tampoco podemos rechazar la posibilidad que ofrece un seguro privado de realizar algunas pruebas o controles adicionales no imprescindibles y que no tendremos si no lo decide un médico de la sanidad pública.

Un ejemplo de esto serían las ecografías 4D que algunos padres deciden hacerse durante el embarazo para conocer la cara y el sexo de su bebé y que no cubre la sanidad pública.

Por último, un seguro de salud privado permite acceso a todas las especialidades pediátricas, incluyendo pruebas, hospitalización en clínicas privadas con habitaciones individuales, servicios de urgencia, etc.

¿Desde qué momento puedo contratar el seguro para un bebé?

El seguro de salud de un bebé es una póliza personal que puede contratarse a partir del primer día de vida. Sin embargo, también puede contratarse con antelación si la madre dispone de un seguro médico de empresa y desea añadir a su hijo como beneficiario.

En ambos casos, conviene comunicarle a la empresa el embarazo, la intención de incluir al bebé como beneficiario del seguro médico privado de la madre, le fecha del posible alumbramiento y la del nacimiento definitivo.

El seguro de salud de un bebé es una póliza personal que puede contratarse a partir del primer día de vida.

Tras el nacimiento del bebé es importante cumplir ciertos plazos con la aseguradora, sobre todo si se trata de una póliza nueva. Por ejemplo, en el primer mes hay que firmar la documentación permitente para la compañía de seguros con la venia de los dos progenitores. Y hay que hacerlo lo antes posible porque puede haber un periodo de hasta 60 días antes de que el bebé tenga derecho a todos los servicios de su seguro.

 

¿Qué coberturas son las más habituales o las más importantes?

En el caso de seguros para bebés o para niños pequeños las coberturas son similares a las de un adulto, pero también distintas, pues tienen necesidades específicas. Por lo general, las especialidades más habituales para los pequeños son dermatología, logopedia y psicología.

Sin embargo, otras de las razones para decantarse por la sanidad privada como refuerzo con las pruebas de diagnóstico y revisiones, asistencia 24 horas, servicios de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y la libre elección del pediatra.

Por lo general, lo que se pretende con un seguro médico privado para un menor es evitar las colas en la sanidad pública, elegir médico y tener acceso a pruebas adicionales. Huelga decir que el seguro médico privado solo compensa si existen servicios a una distancia corta.

Digamos, en la misma ciudad o a una distancia muy reducida de nuestro domicilio.

 

¿Cuánto cuesta un seguro de salud privado para bebés?

Los costes de un seguro privado para menores son muy variables y dependen de las características específicas que se contraten, así como por el historial asociado al paciente. Como en el caso de los bebés, no hay tal historial, se valoran las condiciones del parto y los informes sobre la salud del pequeño inmediatos al nacimiento.

Por este motivo, los seguros de salud para bebés tienen precios muy estables. Eso sí, son más caros porque se presupone que van a utilizarlos mucho durante los primeros meses o años de vida. Hablamos de precios que pueden ir desde los 15 euros mensuales hasta los 40 euros anuales, dependiendo de la aseguradora y de las prestaciones contratadas, así como de los posibles copagos.

En conclusión, los seguros de salud para bebés y niños pequeños son muy útiles para familias primerizas donde los padres tienen muchas dudas y mucha inexperiencia. Estas pólizas permiten a los padres dormir más tranquilos al tener segundas opiniones médicas, consultas telefónicas, elección de pediatra, etc.

Son una solución rápida y sencilla para quienes ya tienen un seguro privado y pueden incluir al bebé en la misma póliza sin coste adicional. Tampoco es mala idea aprovechar el nacimiento de un bebé para contratar una póliza familiar para todos los miembros de la familia con un precio reducido.

A medida que el bebé crece y ya no se acude a los médicos con tanta asiduidad, puede pasarse a un seguro con copago o cancelarse del todo para reducir los costes.

Sigue leyendo más sobre el cuidado familiar en nuestro apartado de finanzas familiares.

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