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Interés compuesto vs interés simple: Las principales diferencias

Interés compuesto | ViveMásVidas

Se dice que Einstein definió una vez el interés compuesto como la octava maravilla del mundo y una de las fuerzas más poderosas del universo. Aunque no sabremos nunca si esta anécdota es verdadera, podemos asegurar con certeza que el interés compuesto es un concepto muy importante en el mundo financiero.

Se dice que Einstein definió una vez el interés compuesto como la octava maravilla del mundo y una de las fuerzas más poderosas del universo. Aunque no sabremos nunca si esta anécdota es verdadera, podemos asegurar con certeza que el interés compuesto es un concepto muy importante en el mundo financiero.

Si quieres sacarles el máximo provecho a tus finanzas, lo más probable es que ya sepas que la solución está en invertir. Aunque quizás te preocupe no tener suficiente dinero ahorrado y esto esté poniendo freno a tus metas.

En este caso, ¡tenemos una buena noticia para ti! Gracias al interés compuesto, puedes sacarle rendimiento a tu dinero sin necesidad de tener grandes ahorros. Te lo contamos a continuación:

¿Qué es el interés compuesto? 

Según la definición del Banco de España, “es el proceso financiero en el que los intereses de cada periodo se suman al capital inicial para producir nuevos intereses”. Es un término muy usado en contabilidad y finanzas para hacer referencia al interés de un capital que se va acumulando con el fin de que se produzcan otros periódicamente.

Su funcionalidad es ir sumando los rendimientos sobre rendimientos anteriores.

Esto permite una reinversión inmediata de los intereses, mientras que el capital inicial se va aumentando con los mismos intereses que genera, obteniendo un mayor beneficio en cada ejercicio. Por eso, permite acumular riqueza a largo plazo y es el mejor amigo de los inversores. De una manera más general, podríamos decir que es el precio del dinero. Pero… ¿Cuáles son sus características?

Interés simple | ViveMásVidas

Características principales

Lo que verdaderamente define al interés compuesto son estas tres cuestiones:

  1. La tasa de interés se aplica sobre un capital variable.
  2. Se incrementa el capital invertido, por lo que los intereses conseguidos son cada vez mayores.
  3. Al iniciarse en cada nuevo periodo de inversión, el interés se va sumando y acumulando conforme al capital actual.

Diferencias con el interés simple 

Como hemos explicado anteriormente, una de las principales características del interés compuesto es lo que ganamos con la inversión. Esta es la mayor diferencia entre el interés simple y compuesto ya que, en el primero, los beneficios no se reinvierten por lo que el capital invertido es siempre el mismo.

Se llama tasa de interés simple cuando los intereses obtenidos al vencimiento se cobran después de cada periodo. Es decir, no se suman al capital para generar nuevos intereses. Esto se resume en tres diferencias claves:

  • El interés simple no se suma al capital para poder generar nuevos intereses.
  • El interés simple se calcula sobre el capital que se ha depositado en el inicio, por lo que el interés que se obtiene en cada periodo es siempre el mismo.
  • A diferencia de lo que ocurre con el interés simple, las tasas de interés compuesto no son proporcionales exactamente en el tiempo.

¿Cómo funciona?

Muchas veces nos da miedo invertir o pensamos que las inversiones son peligrosas. Y es que la falta de experiencia puede frenarnos a la hora de iniciarnos en esta práctica. Sin embargo, con el interés compuesto los expertos recomiendan comenzar cuanto antes, ya que puede suponer una diferencia sustancial.

Y es que, como con este tipo de interés el  dinero crece en medio-largo plazo, podemos conseguir que nuestra inversión inicial se multiplique exponencialmente en períodos temporales largos. Para comprender realmente el funcionamiento y la dinámica, se habla de su “fórmula mágica” a través de la cual se generan los beneficios. Esta es la siguiente:

Cn = C0 (1 + i)n

“C0es el capital inicial prestado, “i” hace referencia a la tasa de interés, “n” es el periodo de tiempo considerado y “Cnel capital final resultante.

Quizás este planteamiento te haya resultado familiar, pero si no eres un experto en finanzas, la mejor manera de comprender esta fórmula y su funcionamiento sea a través del siguiente ejemplo:

Supongamos que tienes 10.000 € y los inviertes en un instrumento financiero que paga el 10% de interés anual durante 30 años.

En este caso, sería:

C0= 10.000 €

I= 10%

n= 30 años

Interés compuesto calculadora

Si reinviertes los intereses anuales recibidos de la misma inversión, habrás acumulado 174.500 € al final de los 30 años.

Es decir, tu capital inicial se habría multiplicado por un factor de 17,45 y habrías generado un interés de 164.500 €.

¿Cómo es posible?

¡Aplicando el tipo de interés compuesto! Como has podido ver, se reinvierten todos los pagos de intereses que recibes durante la vida de la inversión y se van acumulando los beneficios. Ahora bien, si cambias la forma de gestionar la inversión y no reinviertes los intereses; es decir, si aplicas el interés simple, se retira la inversión cada año. Esto tendría los siguientes resultados:

Al final del período de 30 años, solo tendrás los 10.000 € iniciales más el pago anual del 10% calculado durante 30 años, pero sobre el capital inicial de 10.000 €. Esto quiere decir que sin reinvertir tendrías 40.000 €. Como habrás podido ver, si te decides por el tipo de interés compuesto, irás beneficiándote de la inversión inicial con el paso del tiempo.

 

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