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¿Qué es una SICAV?

¿Qué es una SICAV?

Cada cierto tiempo, las Sicav salen a la palestra porque son un instrumento de inversión un tanto polémico. Eso es porque cuentan con beneficios fiscales que resultan especialmente interesantes para las grandes fortunas.

Cada cierto tiempo, las Sicav salen a la palestra porque son un instrumento de inversión un tanto polémico. Eso es porque cuentan con beneficios fiscales que resultan especialmente interesantes para las grandes fortunas.

Sin embargo, hay otros motivos por los que pueden resultar polémicas las SICAV, mientras que es innegable que han tenido su aportación positiva en la economía. Te lo contamos todo en este artículo.

Las Sicav son una Sociedad de Inversión de Capital Variable, lo que significa que son empresas que invierten dinero en instrumentos financieros para obtener rentabilidad. Desde un punto de vista legal, las Sicav son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) lo mismo que, por ejemplo, los fondos de inversión.

 

¿Cuál es la diferencia entre un Sicav y un fondo de inversión?

  1. Las Sicav se diferencian de los fondos de inversión en que son una sociedad anónima con personalidad jurídica propia y que se gestionan por parte de un consejo de administración, frente al equipo gestor que dirige un fondo de inversión. Las Sicav pueden cotizar en bolsa.
  2. Para crear una Sicav hacen falta 100 accionistas, un capital mínimo de 2,4 millones de euros (tres millones en un fondo de inversión) y un capital máximo (diez veces su capital inicial).
  3. Una Sicav tiene una política de inversión más flexible que un fondo porque no tiene que justificar sus operaciones a nadie y los accionistas pueden tomar las decisiones con más agilidad.
  4. Y por último, la mayor de las diferencias es la fiscalidad. La Sicav tributa por sus beneficios un 1% y no un 25% como sería lo normal en una empresa o sociedad mercantil. Esto es así porque esos beneficios se reinvierten (no salen de la Sicav). Eso sí, cuando se sale de la Sicav (se venden las participaciones) sí se pagan tributos por los beneficios, aunque son considerados ganancias patrimoniales y no rendimientos del capital mobiliario.

 

¿Justifica esta fiscalidad la polémica sobre las Sicav?

Si las Sicav no tuvieran esta ventaja fiscal, no resultarían rentables y el dinero se iría a otros productos o a otros países. Además, no evitan el pago de impuestos. Simplemente, lo retrasan.

Por eso son otros los motivos que generan una sombra de duda sobre las Sicav como son el hecho de que están controladas por la persona que aporta el dinero y que decide qué se hace con él. En ese sentido, las Sicav son empresas unipersonales.

Por lo tanto, también es posible que el propietario cargue gastos personales a la misma para evitar impuestos.

Por último, la inspección de las Sicav corre a cargo de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y no de la AEAT (Hacienda) por lo que los criterios son distintos.

¿Cuál es la diferencia entre un Sicav y un fondo de inversión?

Pros y contras de una Sicav para un inversor de a pie

Un ahorrador ‘normal’ no tiene capacidad para cumplir con los requisitos exigidos para crear una Sicav, pero una gran fortuna sí, pues hay formas de burlar el requisito de los 100 socios accionistas. Sin embargo, un ahorrador sí puede invertir en las Sicav de agencias de valores que cotizan en bolsa. No podrá hacerlo en las de algunos grandes inversores que no permiten la entrada a nuevos socios.

Por lo tanto, un inversor normal podrá beneficiarse de las mismas ventajas fiscales que cualquier otro ahorrador que utilice Sicav. Lo que no podrá hacer es controlar las inversiones de la Sicav a menos que se convierta en accionista mayoritario, lo cual no es posible. El control de la Sicav queda en manos del principal accionista, lo que obliga a valorar muy bien si interesa entrar en ella cuando no se tiene voz ni voto en las decisiones.

La clave de si interesa o no invertir en una Sicav puede ser su rentabilidad. Pues bien, es similar en datos históricos -en España- a las de un fondo de inversión mixto flexible moderado. Por lo tanto, solo las ventajas fiscales parecen justificar la inversión en Sicav de un ahorrador medio.

Eso nos devuelve al principio: las Sicav son instrumentos financieros diseñados para que las grandes fortunas no se vayan de España. No son especialmente rentables porque lo que interesa a sus dueños es no perder dinero, no tanto invertir para ganar más.

De hecho, se crearon en los años 80 con ese fin: que las grandes fortunas no salieran de España. Se diseñaron para estimular la inversión colectiva, pero, en realidad, son instrumentos de inversión para un particular porque se ha permitido el uso de vericuetos legales para ello.

 

Cambios legales en marcha

Para corregir los errores que se han producido en el control de las Sicav; básicamente la posibilidad de que sean instrumentos de inversión individual y no colectiva, se preparan cambios legislativos que obligarían a las Sicav, por ejemplo, a que sus accionistas fueran de verdad, exigiendo un desembolso mínimo de 2.500 euros.

Ante los insistentes rumores de posibles cambios, el número de Sicav en España se ha reducido los últimos años. Hoy hay unas 1.000 Sicav menos que en 2015, por ejemplo.

No es extraño si se piensa que, en Luxemburgo, las condiciones para tener una Sicav son mejores. Además, allí se consigue un mayor secreto bancario y se ponen muchas facilidades para constituir y gestionar una Sicav.

Por lo tanto, invertir en una Sicav para un ahorrador solo es interesante por el diferimiento fiscal que beneficiaría una inversión a muy largo plazo. Desde un punto de vista del control de la inversión o desde el punto de vista de la rentabilidad, son mejores alternativas los fondos de inversión.

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