Sumando a profesionales liberales, emprendedores, empresarios, trabajadores autónomos económicamente dependientes (TRADE), artistas y deportistas, en España hay alrededor de tres millones y medio de autónomos. Una actividad de riesgo que, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, no para de sumar adeptos a sus filas.
Las ventajas de esta modalidad de trabajo parecen claras, pero lo que no todo el mundo cuenta es que muchos de ellos son autónomos con ingresos variables, lo que supone todo un hándicap para los neófitos y aquellas personas con poca costumbre a planificar sus finanzas. Para que eso no te ocurra a ti, repasemos los pasos clave para mantener tu economía bajo control a pesar de no cobrar mensualmente.
Cómo mejorar la gestión financiera de autónomos con ingresos variables
Ser autónomo supone hacer nuestro trabajo y también todo lo que lo rodea. La parte comercial, el marketing, la gestión de recursos… Pero quizá la más importante es la más olvidada: las finanzas. Garantizar la viabilidad tanto del proyecto como de nuestra vida como profesionales liberales pasa por tener las cuentas bien claras. Algo fácilmente asumible si aplicamos a nuestra rutina prácticas y consejos como estos:
Determina cuál es tu presupuesto mínimo mensual
Tener meses buenos y malos puede llevar fácilmente a la confusión o, mejor dicho, a gastar más de lo que debemos en los meses de bonanza. Precisamente porque las épocas malas son duras, las de buenas suelen vivirse con algo más de despreocupación y descontrol, lo cual es tremendamente peligroso.
Si el autocontrol no es nuestro fuerte, una forma sencilla de no caer en la tentación es determinar cuál es nuestro presupuesto mínimo. Para ello debe tomarse nuestro mes más flojo a nivel ingresos de los últimos meses, el cual usaremos como base para descontar de él los gastos esenciales (vivienda, comida, suministros, etc) y aquellos necesarios para nuestra vida o desarrollo de la actividad.
Puede ser útil separarlos en categorías con el fin de tener clara su prioridad. En primer lugar se encuentran los básicos, que son aquellos que debemos tener cubiertos sí o sí. Por otro lado están los gastos variables entre los que se pueden encontrar las partidas de ocio, transporte o comer fuera, las cuales podemos recortar en un momento dado. Por último, están los gastos estacionales, que son aquellos que pueden variar de una época a otra, como puede ser la calefacción.
Seguir esta pauta de gastos mes a mes y sin importar el volumen de ingresos es una garantía, ya que sabemos que nuestro nivel de gasto total quedará siempre cubierto, incluso en los meses más flojos. Si bien el enfoque es altamente conservador, esta práctica tiene también sus ventajas añadidas. La primera es que incentiva y mucho el ahorro, ya que el sobrante de dinero no contemplado en el presupuesto debería ir destinado a nuestro futuro. Además, con este control establecido, es mucho más sencillo ver si es viable o hacer algún gasto extra o añadir alguna pequeña partida extra para cubrir algún capricho.
Haz que tu presupuesto evolucione contigo
De momento hemos hablado de la forma de estimar los gastos mínimos y hacer un presupuesto flexible que pueda adaptarse a todas las situaciones, pero nuestra faena no termina aquí. Es necesario revisar y ajustar periódicamente el presupuesto con el objetivo de reflejar cualquier posible cambio que afecte positiva o negativamente a nuestra economía, ya que de lo contrario puede quedar como una herramienta desfasada y poco útil. Un aumento de la carga de trabajo y por tanto de facturación, la contratación de un nuevo servicio o la pérdida de un cliente son motivos suficientes para ajustar nuestro presupuesto a la nueva realidad. No es algo que debas hacer cada mes, pero una o dos veces al año es más que recomendable.
Organiza y mantén controlados todos tus cobros y pagos
Que la labor presupuestaria esté hecha no significa que podamos relajarnos. El control es esencial para comprobar que no nos salimos del camino en ningún momento. En este sentido, resulta clave llevar un control real y activo de los gastos e ingresos tanto laborales como personales. Si bien esto es importantísimo para cualquier autónomo, es algo esencial para aquellos que tienen un flujo de ingresos irregular, ya que cualquier gasto tonto o traspiés puede acabar en tragedia financiera.
Para que este control sea efectivo y nos brinde una visión global y realista tanto del negocio como de las cuentas personales es necesario cumplir con varios requisitos. El primero es la constancia, ya que sin ella la comprobación puede ser inexacta al olvidar anotar algo.
Hay quien prefiere guardar los tickets y recibos y pasar los datos una o dos veces al mes, otros prefieren llevar un registro inmediato desde su teléfono móvil gracias a una de las muchas apps que hay para este fin. No hay una opción mejor a otra, sino una que te funciona mejor contigo y tu forma de ser.
También es necesario ser bastante concienzudos. Y es que además de ingresos y gastos conviene tener bien controladas la emisión y la recepción de facturas, así como su tiempo de pago o cobro. ¿Por qué decimos esto? Aunque la ley es clara, la realidad es que muchos autónomos cobran a más de 60 días, lo que puede desembocar en un problema de liquidez en un momento dado. Por eso es esencial tener claro no solo cuánto gastamos, sino cuándo vamos a cobrar.
Además, aunque no es habitual, puede pasar que el cliente se olvide de pagar. Por ello no está de más poner alarmas o recordatorios en las fechas de cobro y de no cumplirse reclamar con educación. Recordemos que, aunque las directivas bancarias han cambiado, todavía hay transferencias entre entidades que pueden demorarse uno o dos días.

¿Cobras muy tarde o pagas muy pronto? Negocia
Aunque lo ideal es cobrar cuanto antes y pagar lo más tarde posible, la realidad de muchos autónomos suele ser al revés. Al tratar con proveedores nos interesa ganar margen en el pago, ya que nos puede dar mucha flexibilidad y minimizar el riesgo de adelantar dinero, otra práctica común y nada recomendable. Tal y como indica la ley, podemos demorar el pago hasta 30 días sin necesidad de mediar explicación, pero se pueden alcanzar acuerdos que vayan hasta los 60 con facilidad. Al final piensa que tú eres su cliente, por lo que les interesa tenernos lo más contentos posibles.
Seguro que ya te has topado con alguna empresa que opera con el famoso pago a 90 días. Esta práctica es, en esencia, un crédito a coste cero, ya que el proveedor “presta” el dinero de su cobro durante tres meses y el cliente lo devuelve sin intereses pasado ese tiempo. Esto facilita y mucho la gestión de su flujo de caja y permite gestionar su capital de una forma más eficiente (y beneficiosa). Precisamente por esto, es recomendable tratar de alargar el pago a proveedores, tal y como hacen muchas empresas.
¿Pero qué pasa cuando el proveedor soy yo? Primero hemos de tener en cuenta que somos la parte débil, por lo que nuestra labor debe ser más persuasiva que imperativa. Quizá la mejor opción es ofrecer descuentos por pronto pago, un incentivo simple pero de lo más efectivo. La idea es rebajar una pequeña cantidad (fija o porcentual) de la factura si el pago se realiza dentro de una fecha. Si los pagos son muy demorados puede ser útil ofrecer un descuento incremental (a 90 días sin descuento / 60 días con X % de descuento / 30 dias con un 2X % de descuento) Eso sí, es esencial calcular siempre que podemos permitirnos tales descuentos o, en cualquier caso, súmalos al presupuesto inicial para no pillarnos los dedos al hacer la rebaja.
Por último, queda hablar de la Agencia Tributaria, la cual permite aplazamientos en el pago tanto en la Declaración de la Renta (modelo 130 y 131) como en la declaración trimestral de IVA (modelo 303). Si estos se sitúan por debajo de los 50.000 no es necesario presentar aval ni garantías, lo que puede suponer todo un respiro para los autónomos, especialmente para aquellos a quienes les toca adelantar el IVA. Recuerda que aplazar siempre es mucho mejor que no pagar, ya que con esta última opción se generarán sanciones y recargos, lo que agravará el problema en el futuro.
Separa el IVA antes de gastarlo
A pesar de que la Unión Europea diga que los autónomos con ingresos bajos o moderados no deberían cumplir con labores recaudatorias, la realidad es que -por ahora- toca seguir rindiendo cuentas del IVA repercutido y el soportado cada trimestre (o cada mes). El problema es que, llegado el momento de pagar, muchos autónomos ya han gastado ese dinero, lo que les obliga a hacer malabares financieros para abonar el modelo 303.
Evitar estos sustos es muy fácil. Solo basta llevar un mínimo control en la recepción de facturas para, una vez lleguen, apartar ese 21 %. La forma ideal de hacerlo sería colocarlo en otra cuenta, ya que así se evita la tentación de gastarlo ya sea queriendo o sin querer.
Este sencillo método no solo aporta tranquilidad en el momento de pago, sino que también es una excelente manera de ahorrar poco a poco. Tan solo hace falta aumentar un poco el porcentaje que guardamos o simplemente redondear la cifra de IVA a la hora de transferirla hacia la otra cuenta. Si lo haces así, a final de año notarás la diferencia.
El fondo de emergencia, el salvavidas de los profesionales con ingresos variables
En este blog hemos hablado largo y tendido de la importancia que tiene un fondo de emergencia o de reserva en una planificación financiera personal o doméstica. Sin embargo esta herramienta es aún más esencial si hablamos de autónomos cuyos gastos fluctúan. Por si esto te pilla de nuevas, un fondo de emergencia no es más -ni menos- que un colchón financiero con el que poder hacer frente a un periodo de vacas flacas.
La teoría siempre es muy bonita pero, ¿cuánto debe tener y cómo hacerlo? Bien, si hablamos de cantidades, un fondo debe tener entre tres y seis meses de nuestros gastos, aunque si hablamos de autónomos mejor seis que tres. La idea aquí es poder hacer frente a los gastos básicos cuando el trabajo baje o directamente no haya. De esta manera tenemos la certeza de estar cubiertos durante un tiempo sin tener que recurrir a otras fuentes de dinero. Recuerda que los gastos deben ser tanto personales (vivienda, comer, suministros, etc.) como profesionales, por lo que debemos sumar cuotas de autónomos, material, local, vehículo y todas aquellas partidas esenciales para desarrollar tu actividad.
Para crear este fondo se necesitan dos cosas: la primera es hacer un buen conteo de todos los gastos y la segunda apretarse un poco el cinturón.
La forma más sencilla es ir ahorrando en los meses fuertes de trabajo, aunque no es la única. Las aportaciones mensuales son otra gran forma de crear este fondo, aunque es un método más complicado de mantener cuando llegan las épocas malas.
Por último, un consejo. Si te angustia la idea de estar recortando tus ingresos para crear un fondo, piensa que tan pronto alcances tu cifra marcada no es necesario ahorrar más y podrás recuperar ese pico mensual que se iba al colchón. O puedes seguir ahorrando pero con otro propósito como puede ser la entrada de una vivienda, cambiar de coche o unas más que merecidas vacaciones. Quizá esta forma de ver las cosas te motive un poco más 😉
¿Autónomo en problemas? Cofidis al rescate
Si, por lo que sea, un imprevisto financiero te alcanza sin fondo ni líquido con el que hacerle frente puedes hacer uso de los productos de Cofidis. El crédito directo, por ejemplo, puede ayudarte a tener un fondo disponible de dinero con el que hacer frente a eventualidades como posibles sanciones de Hacienda, con la ventaja de que solo pagas por el dinero que uses.
Por otro lado, un préstamo personal puede ser una poderosa herramienta para ayudarte a crecer tu negocio: una cantidad fija que poder usar para mejorar tus equipos, ampliar tu local o cualquier cosa que necesites y que se va devolviendo cómodamente mes a mes.
Combate la estacionalidad con diversificación
No hay nada más tenso para un autónomo que la falta de trabajo. Una sensación acuciante que pone a prueba los nervios de hasta el más pintado. Por desgracia, es “parte del trabajo” de muchos autónomos dedicados a actividades altamente vinculadas a la estacionalidad como puede ser el caso de taxistas y otros tipos de conductores, guías turísticos, personal de hostelería y un largo etcétera de profesionales.
No hace falta decir que esta temporalidad condiciona y complica mucho la planificación financiera, por lo que resignarse no es la mejor decisión. Ya sea en el propio sector o en otros, buscar otras alternativas o trabajos diferentes, así como emprender un proyecto paralelo pueden ser una buena solución para diversificar y afianzar un flujo constante de ingresos que, con suerte, puede convertirse en una nueva fuente recurrente. Recuerda que salir de la zona de confort puede ser complicado, pero es donde se encuentran la mayoría de las oportunidades, así que cree en ti y en tus capacidades.
No olvides que una de las -pocas- ventajas de estar en régimen de autónomos es que las posibilidades que puedes abarcar como profesional son casi infinitas. Eso sí, lo único necesario es estar dado de alta en los epígrafes correspondientes (recuerda que se puede estar dado de alta en tantos como queramos y no tiene ningún coste adicional).
¿Las temporadas sin trabajar son inevitables? Date de baja temporalmente
Para la mayoría de profesionales por cuenta propia la cuota de autónomos se situaría en los gastos básicos, pero en el caso de algunos autónomos con ingresos variables podríamos considerarla un gasto estacional. Y es que si no hay trabajo, ¿por qué seguir pagando?
En estos casos puede ser una buena idea darse de baja temporalmente en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), ya que el ahorro será de un mínimo de 225 € al mes.
¿Aún te beneficias de la tarifa plana o de la cuota cero para autónomos? Si estás pensando en darte de baja ten presente que al volver se pierden los privilegios y la cuota dejará de ser reducida, así que evalúa si financieramente te sale rentable.
Si, después de leer todas las opciones, crees que esta es la opción que más te conviene te dejamos con el link para darse de baja como autónomo.

Haz que tu dinero también trabaje duro a través de la inversión
Cuando los ingresos no son fijos toda precaución es poca. Por eso es altamente recomendable usar algunos productos financieros con el fin de generar algunos ingresos pasivos que refuercen nuestra economía y nos permitan diversificar -algo más- nuestros ingresos.
Sí, sabemos que la idea de invertir puede producir urticaria a los autónomos, quienes prefieren tener el dinero a mano antes que bloqueado por lo que pueda pasar. La solución, por tanto, pasa por emplear instrumentos que ofrezcan rentabilidad (aunque sea baja) y la posibilidad de poder retirar el dinero si nos hace falta.
En este sentido, la herramienta más útil son las cuentas remuneradas. Cierto es que no dan una gran rentabilidad, pero tienen la gran ventaja de poder hacer uso inmediato del dinero que contienen sin ninguna penalización. Esto las hace perfectas para guardar el fondo y otros ahorros que queramos tener disponibles, incluso hay quien la usa como cuenta principal para almacenar el IVA o recibir sus cobros.
Hay otros instrumentos de inversión que también pueden ser útiles. Los fondos de inversión, por ejemplo, también permiten recuperar el dinero invertido de forma total o parcial en un plazo que suele ser de entre tres y cinco días desde la solicitud. Este pequeño tiempo de demora se debe al proceso de venta de los valores. Estos, por cierto, pueden haber aumentado o menguado desde el momento de compra, algo que se deberá tener en cuenta al realizar la Declaración de la Renta (especialmente si hay beneficio).
Aunque su liquidez no es inmediata como en los dos casos anteriores, los Exchange Traded Funds o más conocidos como ETFs son otra opción interesante, ya que la venta puede realizarse con relativa rapidez. Los depósitos a plazo fijo, por su lado, pueden ofrecer una rentabilidad interesante y también permiten retirar el dinero, sin embargo hacerlo antes de la fecha pactada conlleva penalizaciones como por ejemplo la pérdida de intereses.
Por último hablemos de las Letras del Tesoro. Esta opción suele ser bastante segura ya que el beneficio está marcado de antemano, por lo que las pérdidas quedan descartadas. Además, dependiendo del estado de la economía, esta opción puede llegar a ofrecer rentabilidades mayores a muchos productos financieros. Con la compra de deuda pública sí que es imposible recuperar lo invertido, pero lo bueno de esta opción es que permite invertir a partir de pequeñas cantidades (cada Letra vale 1.000 €) y además tienen vencimientos cortos que van desde los tres meses hasta el año, que es el máximo.
La figura del gestor o asesor financiero, un must para que todo vaya rodado
Aunque suponen un gasto, un especialista puede llegar a ahorrarnos mucho dinero. Cierto es que muchos de los trámites que nos exige la Administración Pública pueden llevarse a cabo de forma individual y sin ayuda, pero con ellos a nuestro lado podemos ir un paso más allá de forma segura. Esto significa, por ejemplo, optar a deducciones que reduzcan la carga tributaria o mejorar la planificación fiscal o la gestión de recursos financieros y patrimoniales, así como esquivar posibles multas debido al desconocimiento de la ley o simplemente descifrarnos el verdadero significado que esconden las complicadas notificaciones que envía Hacienda, ya que una respuesta rápida y precisa es clave.
Como complemento, no está de más formarse en gestión financiera, ya que esto no solo nos dará alas, sino que también podemos hallar formas más personalizadas para nuestro caso concreto. En este ámbito no es necesario gastar mucho dinero, ya que es posible encontrar cerca nuestro talleres, conferencias, seminarios o cursos gratuitos o a un precio muy reducido, lo que reduce y mucho el coste de formación. Si te interesa, no dudes en consultar la que pueden ofrecerte las diferentes entidades públicas, cámaras de comercio o empresas privadas que operan en tu zona.
Más conocimiento para seguir haciendo crecer tu proyecto
Además de cursos o charlas, otra excelente forma de mejorar la gestión de los autónomos con ingresos variables es leyendo, una actividad que se puede hacer en cualquier momento. En este blog, por ejemplo, tienes una sección completa centrada en emprender. En ella te esperan un montón de contenidos gratuitos acerca de temas legales, consejos y trucos para implementar en tu negocio y mucho más. ¡Suscríbete y recíbelo todo por email!
