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Los 9 pasos para crear un colchón financiero 💰

Finanzas
13min.
Pareja con su colchón financiero

Ahorrar hoy para tener mañana. Algo tan simple, pero a la vez tan complicado. Debido a la falta de educación financiera que arrastra el país desde hace décadas, muchos españoles no cuentan con las herramientas necesarias para crear un colchón financiero que les brinde comodidad en el futuro. ¿Le ponemos solución?

Aunque resulte paradójico, la tranquilidad que aporta crear un colchón financiero por “lo que pueda pasar” no se paga con dinero. Sin embargo, para lograrlo es necesario tener el hábito de ahorrar, algo que no tenemos la mayoría de españoles. Aunque las cosas están cambiando poco a poco, el futuro económico del país y en concreto el de las pensiones nos obliga a empezar a pensar en el mañana. Veamos cómo empezar a crear tu propio cojín económico.

Cómo crear un colchón financiero paso a paso

Contar con un colchón financiero es uno de los pilares de la libertad financiera. Y aunque es relativamente fácil de mantener y hacerlo crecer, empezarlo puede costar un poco más. Veamos cuáles son los puntos básicos para crear tu propio colchón financiero por si aún no dispones de uno o no se te ha dado muy bien las veces que lo has intentado.

1. Empieza por conocer tu capacidad real de ahorro 

Decir eso de “Vale, voy a ahorrar” ya todos sabemos que no funciona. Quizá al inicio sí, cuando tenemos la voluntad por las nubes, pero a la larga acaba fallando. El secreto de los grandes ahorradores es la constancia, la cual se consigue a través de la planificación. Por eso, lo mejor que puedes hacer para empezar a crear un colchón financiero es conocer cuál es tu capacidad real de ahorro o, dicho en otras palabras, cuánto dinero puedes guardar a fin de mes.

Descubrirlo es tan fácil como restar tus gastos mensuales a tus ingresos (es decir, tu sueldo o prestación más posibles ingresos pasivos). El resultado obtenido es, a grandes rasgos, tu capacidad de ahorro o, dicho de otra forma, el dinero que potencialmente podrías ahorrar mes a mes.

Es muy importante hacer un registro de gastos concienzudo. El mejor consejo es no tener prisa y tomarse unos pocos días para ir pensando y apuntando todo aquello que nos resta dinero. Algunos gastos serán obvios como la hipoteca o el alquiler, los suministros del hogar o la alimentación, pero para que todo funcione bien es importante no dejarnos ninguno al azar, lo que incluye aquellos gastos puntuales como, por ejemplo, el IBI, pasar la ITV del coche, una posible revisión de la caldera u otros eventos que suelen hacerse únicamente una o dos veces al año.

2. Dale un propósito a tu ahorro

Guardar dinero simplemente para el futuro está muy bien, pero ahorrar con una meta específica suele ser mucho más efectivo y motivador. Puede tratarse de algo a largo plazo como tener un colchón para complementar la futura pensión, cancelar la hipoteca o costear la universidad de los hijos, o bien un objetivo más cercano como puede ser el caso de cambiarse el coche, reformar alguna parte de la vivienda o simplemente unas vacaciones en familia.

Otra ventaja de orientar el ahorro hacia objetivos específicos es que (en la mayoría de los casos) estos tienen un coste determinado. Dicho de otra forma, el coche o la reforma que queremos tienen un precio exacto. Conocer esta meta no solo sirve como motivación a la hora de hacer crecer el ahorro, sino que también puede ayudar a indicarnos cómo va nuestro nivel de ahorro, lo que nos permite corregir antes de que sea demasiado tarde.

Por si te lo preguntas, no es necesario destinar todo nuestro ahorro a un único objetivo. De hecho es útil dividirlo en diferentes metas con el fin de que todas vayan avanzando de una forma quizá más lenta, pero sí constante. Esto es especialmente eficaz con los objetivos a largo plazo como puede ser la jubilación, ya que en estos casos un pequeño aporte a lo largo de décadas (y con la ayuda del interés compuesto) siempre será más efectivo que una o dos grandes aportaciones.

Por último, terminamos este punto con dos consejos. Al empezar, trata de no fijar demasiadas metas de ahorro. Dos o tres deberían ser suficientes para que puedas ver los resultados sin que la multitud de opciones diluya tus esfuerzos. Y, en segundo lugar, elige solo metas financieras que vayan a repercutir a largo plazo en tu bienestar o el de tu familia y descarta aquellas que sean un capricho o placer inmediato.

3. Incorpora el ahorro hasta convertirlo en hábito 

Como ya hemos adelantado, el buen ahorro es constante y metódico. De hecho, lo ideal es que acabe incorporándose como un hábito más de tu día a día y que realizarlo no te suponga apenas un esfuerzo. La mejor forma de lograrlo es mediante un aporte fijo mensual, algo muy fácil de implementar en nuestra vida una vez conocemos nuestra capacidad de ahorro.

¿Es necesario ahorrarlo todo? La verdad es que no. Lo más recomendable es que cojas un porcentaje de tu capacidad de ahorro y lo guardes, mientras el resto deberá quedarte para afrontar cualquier posible imprevisto. Los expertos sitúan el ahorro inicial idóneo entre un 10 % y un 15 % de nuestros ingresos, aunque la cantidad exacta depende exclusivamente de ti y tus circunstancias. Eso significa que no importa mucho si estás por debajo del 10 %, pero sí que es importante que cada mes ahorres la misma cantidad pase lo que pase. Si un mes vas mejor y puedes ahorrar un poco más, genial, pero cuando lleguen los peores meses también debemos cumplir con el mínimo, sin excusas.

4. Aprovecha las ventajas de tener dos o más cuentas 

Ahorrar no es más que guardar para el futuro. Y aunque cada uno lo hace como quiere, poner todas las nueces en el mismo saco no es la mejor de las ideas. Tener todo nuestro dinero (ingresos, gastos y ahorro) en una misma cuenta es peligroso por diversos motivos: al verlo todo junto puede crear una falsa sensación de abundancia que puede llevarnos a gastar más, así como jugarnos una mala pasada con la llegada de un coste sorpresa o un importe anormalmente alto que desestabilice nuestras finanzas… pero el más importante es que nos resta mucha perspectiva a la hora de analizar nuestras finanzas.

¿Cómo solventarlo de una forma fácil? En la actualidad, muchas entidades financieras ofrecen cuentas de ahorro de forma totalmente gratuita y sin necesidad de ingresar nóminas ni nada por el estilo. De hecho es muy probable que el banco o caja en el que tienes tu dinero permita abrirte una segunda cuenta sin ningún tipo de coste. Tener una cuenta extra destinada al ahorro es una de las mejores ideas para cumplir con tus objetivos financieros a largo plazo. Ahí están a recaudo, fuera de nuestro ojo y de cualquier tentación de gastarlos.

Si lo que buscamos es crear un colchón financiero lo más holgado posible quizá sean un mejor instrumento las cuentas remuneradas. Esta opción es muy similar a las de ahorro pero con la diferencia que tienen un pequeño tipo de interés que permite que nuestro ahorro vaya trabajando por sí solo y generar unos ingresos extra. Este tipo de cuentas están ahora muy de moda, especialmente entre nuevas entidades financieras online que buscan aumentar su cartera de clientes. Pueden ser una opción muy a tener en cuenta, por lo que nuestro consejo es ahondar un poco en cómo funcionan las cuentas remuneradas y, si encajan con tu forma de ahorrar y gestionar el dinero, no dudes en abrir una, aunque esta no sea en tu banco de siempre. ¡Ah! Y como siempre decimos, no te lances a la primera oferta que veas y analiza y compara bien todas las opciones que puedes contratar.

🤑 Tips financieros: 

Usa las ventajas de la banca online es poder automatizar el ahorro. Programa una transferencia periódica de tu ahorro a tu segunda cuenta y olvídate de estar haciendo números mes a mes.

También es útil que este movimiento se realice a primeros de mes, ya que resulta más fácil planificarse, así como evita la tentación de gastar el dinero y que no quede para el ahorro.

5. Momento de empezar a recortar los gastos poco a poco

Hora de mejorar nuestro ahorro, aunque quizá te preguntes ¿por qué no ponemos este paso tan importante y evidente al principio de todo? Fácil. Empezar restringiéndonos nunca es la mejor solución ya que no tardará en generarnos estrés o incomodidad. Si, por el contrario, empezamos haciendo los cálculos y destinando una pequeña parte al ahorro, tal y como hemos visto, será más fácil conseguir resultados poco a poco e irnos motivando. Vamos, que con la maquinaria ya en marcha, es mucho más fácil ponerse a ver de qué gastos podemos prescindir.

A la hora de reducir gastos, no busques únicamente hacer grandes recortes. A veces es mejor ir haciendo diversos pequeños ajustes que nos permitan ahorrar unos euros por aquí y otros por allá. Y es que a la hora de crear nuestro colchón financiero todo suma.

¿Por dónde empezar a revisar y recortar gastos? Hay varios campos de batalla que puedes elegir, así que lo más recomendable es centrarse primero en aquellos que nos resulte más fácil aplicar la tijera. Las facturas de suministros suelen ser un buen lugar, ya que es posible que tengas uno o varios servicios contratados que no utilizas o simplemente puedes acogerte a una tarifa mejor de otra compañía o comercializadora. Y sí, aquí el ahorro puede ser pequeño, pero piensa que es mes a mes, así que reducir la factura de gas, luz, agua, teléfono o internet es algo que seguro que agradeces a largo plazo. Y si no, míralo de la siguiente forma: Si ahorramos 1 € al mes en luz, agua, gas y teléfono/internet tenemos casi 50 € de ahorro extra a final del año.

Lo mismo pasa con las plataformas de VOD como Netflix, HBO o Movistar+, que solemos pagar todo el año pero vemos solo cuando hay una serie o peli que nos interesa. Opciones de ocio, la lista de la compra, cenas fuera, desplazamientos… Existen un montón de ámbitos en los que podemos ahorrar un poco, la clave está en recortar aquellos que no afecten a nuestro bienestar.

Por último, recuerda que no basta con recortar y ya está. Es importante que la cantidad que ahorres la traspases periódicamente a tu colchón financiero, ya que de lo contrario todo este esfuerzo quedará diluido entre tus ingresos. Si, como hemos comentado, has interiorizado (o automatizado) el hábito de ahorro simplemente tendrás que sumar este extra a la cantidad que ahorras cada mes y listos.

6. Revisa las cuentas de vez en cuando y haz algunos ajustes

Aunque resulte tremendamente satisfactorio, no nos referimos a mirar el dinero ahorrado, sino a revisar que tus cuentas de ingresos, gastos y capacidad de ahorro siguen siendo las mismas. Es probable que con el paso del tiempo la familia crezca, tu situación laboral cambie o que adquieras un nuevo hobby, por ejemplo.

La mayoría de estos cambios afectan en mayor o menor medida a nuestra economía, por lo que es necesario tener las cuentas siempre al día. ¿Te han subido el sueldo? Además de celebrarlo, seguro que también ha aumentado tu capacidad de ahorro, por lo que es un excelente momento para guardar un poquito más de dinero. Y lo mismo pero al revés: si pasas a cobrar el paro, tus ingresos muy probablemente se vean mermados y, por tanto, deberás reajustar tus gastos y economía a la nueva situación.

Pareja revisando sus cuentas de ahorros

¿Cada cuánto hacerlo? Cada vez que haya un evento importante que condicione tu economía, aunque si eso no sucede no está de más hacerlo una o dos veces al año para asegurarnos que todo sigue en orden y no ha aparecido (o desaparecido) algún nuevo gasto que distorsione nuestro ahorro.

7. Evita un colchón financiero solamente en efectivo  

Disponer de algo de efectivo en casa está bien para afrontar cualquier imprevisto, aunque no conviene tener mucho. ¿Cuánto en concreto? El Banco de España recomendaba hace años guardar hasta seis meses de nuestros gastos fijos. Y si bien es cierto que ha pasado un tiempo y los medios de pago digitales son mucho más versátiles, los expertos siguen recomendando guardar efectivo en casa. En la actualidad, la cantidad que recomiendan los especialistas es el equivalente a tres meses de gastos, que es lo que conocemos como fondo de emergencia.

Guardar efectivo en casa es recomendable, pero no más del equivalente a tres meses de gastos fijos.” 

¿Por qué guardar un poco de efectivo sigue siendo una buena idea? Aunque podríamos decir que diversificar los recursos es una de las únicas formas de reducir riesgos, lo cierto es que es más por si pasa una urgencia. Imagina que, por lo que sea, tu entidad bancaria pierde la operatividad durante dos días o que, cosa poco probable, España se vuelve a quedar sin luz. ¿Qué pasaría si te pilla con la nevera vacía? El efectivo sería la única solución temporal mientras todo se arregla. Pero que no cunda el pánico. Primero que esto es muy difícil que ocurra (aunque no imposible) y por el otro, nuestro dinero está más seguro en el banco que en casa. Tener una gran cantidad de dinero guardado en nuestra vivienda sería una total irresponsabilidad ya que en el caso de que entren a robar lo más probable es que nos quedemos sin nada, mientras que si tu banco quiebra lo más probable es que recuperes todo tu dinero.

8. Invierte, pero con cabeza 

Un colchón financiero está pensado para proporcionarte bienestar en el futuro, pero… ¿qué hacemos mientras ese futuro llega? Si no vas a necesitar parte del dinero a corto o medio plazo invertirlo es mucho más inteligente que acumularlo, aunque sea en una cuenta remunerada.

A la hora de invertir el dinero de nuestro colchón financiero es importante no dejarse llevar por los cantos de sirena de las altas rentabilidades. Como ya hemos visto muchas veces aquí, un mayor retorno siempre suele estar asociado a un mayor riesgo y no es lo que buscamos en este caso. Para hacer crecer nuestro colchón debemos buscar opciones con rentabilidades más bajas pero mucho más seguras. Aquí tienes opciones como la compra de Letras del Tesoro y otras opciones de deuda pública, fondos de inversión de perfil conservador y un largo etcétera de productos financieros.

Antes de pasar a otro punto, remarcar que si vas a invertir no lo hagas con todo el dinero del colchón financiero. Separa una parte y mantén otra en líquido por lo que pueda pasar.

9. No abandones el hábito de hacer crecer tu colchón financiero

Independientemente del motivo o meta de ahorro que hayamos elegido, es importante que una vez alcanzados, no perdamos el hábito de ahorrar y sigamos guardando dinero para lo que nos depare el futuro.

En este sentido, resulta muy práctico redistribuir el ahorro de la meta cumplida entre el resto de objetivos, lo que hará que sea cada vez más fácil alcanzar las diferentes metas que nos hemos propuesto.

Más consejos para hacer crecer tu colchón financiero

En ViveMásVidas trabajamos para acercarte la información necesaria para que puedas tomar mejores decisiones financieras. El ahorro, como no, es un tema que tocamos a menudo, por lo que en el blog puedes encontrar desde técnicas de ahorro como la Regla de ahorro 50 30 20 el Método FIRE hasta consejos para mejorar tus finanzas con Alexa. ¡No te los pierdas!