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Todo sobre la Ley de Segunda Oportunidad 

Finanzas
8min.
Dos personas calculando gastos/deuda juntos.

La quiebra de un negocio, la pérdida de un trabajo, malas decisiones económicas… A veces, la vida puede deparar golpes financieros que hagan temblar nuestro bienestar financiero. Por suerte, si estos u otros motivos te acercan a una situación de insolvencia, existen mecanismos que nos permiten recuperar el control financiero de nuestras vidas. Es el caso, por ejemplo, de la Ley de Segunda Oportunidad o LSO, que nos permite empezar de nuevo.

La quiebra de un negocio, la pérdida de un trabajo, malas decisiones económicas… A veces, la vida puede deparar golpes financieros que hagan temblar nuestro bienestar financiero. Por suerte, si estos u otros motivos te acercan a una situación de insolvencia, existen mecanismos que nos permiten recuperar el control financiero de nuestras vidas. Es el caso, por ejemplo, de la Ley de Segunda Oportunidad o LSO, que nos permite empezar de nuevo.

A veces, el destino puede desencadenar en una situación económica desfavorable como la bancarrota. Si actuamos como persona física, cabe recordar que tal y como indica el artículo 1911 del Código Civil, el deudor debe responder a sus deudas con todos sus bienes presentes y futuros. Entendemos, pues, como insolvencia aquel estado financiero en el que cualquier individuo no puede afrontar los pagos adeudados con el capital disponible. Al declararse insolventes, estos cobros técnicamente se anulan tras un proceso de embargo, aunque no se perdonan. Nóminas, bienes y cualquier otro activo que la persona pudiese tener son intervenidos con el fin de subsanar la mayor parte de la deuda.

Esta situación dejaba en un escenario bastante precario a cualquier persona que pudiera sufrir un revés del destino. Sin embargo, en 2015 entró en vigor la Ley de Segunda Oportunidad, que permite cancelar la deuda de personas físicas declaradas en situación de insolvencia. Desde 2022 es todavía más accesible gracias a una reforma que acorta los plazos y simplifica los procedimientos, lo que ha permitido que en los últimos tiempos hayamos visto cómo cada vez más gente se acoge a ella, incluidos personajes famosos.

Qué es y cómo funciona la Ley de Segunda Oportunidad o LSO 

La LSO es un mecanismo o procedimiento legal para que los particulares en situación de insolvencia puedan renegociar sus obligaciones o deudas de una manera que puedan superar la situación y volver a empezar. Se basa en el principio de la buena fe, según el cual se puede llegar a esa situación de insolvencia por múltiples razones que no siempre tienen que ver con el deudor. Sin embargo, al acogerse a ella, este demuestra el interés por recuperar la confianza de los acreedores y devolverles el dinero adeudado.

La Ley de Segunda Oportunidad busca facilitar la devolución de las deudas contraídas sin el menoscabo de los derechos de los acreedores y con ella se cumplen con tres funciones:

  • Social: cualquier persona tiene derecho a regenerar su vida financiera.
  • Financiera: obtener el pago de una deuda.
  • Legal: que todo el proceso se realice bajo un marco jurídico que aporte transparencia y garantía a ambas partes.

Quién puede acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad y cuáles son sus requisitos

La Ley de Segunda Oportunidad está diseñada únicamente para dar cobertura a particulares o empresarios autónomos que se encuentran endeudados con un mínimo de dos acreedores distintos, sin importar si estos son particulares, empresas, la Seguridad Social o la Hacienda Pública.

Pueden acogerse a ella todas las personas físicas con residencia en España, tanto si son españoles como si no, siempre y cuando tengan toda la documentación en regla y al día. Este último punto es importante ya que todo el procedimiento se tramitará en el juzgado correspondiente al domicilio en el que figura empadronado el deudor. Así que mejor tener controlado el buzón por si llegan notificaciones.

Para poder solicitar el amparo de la LSO hay que cumplir los siguientes requisitos:

  • Ser insolvente y demostrar no disponer de patrimonio suficiente para afrontar sus obligaciones financieras.
  • Demostrar buena fe no habiendo sido condenado anteriormente por delitos económicos de ningún tipo.
  • Que la deuda no supere los cinco millones de euros.
  • Aceptar el plan de pagos que se propone.
  • Aceptar la inscripción en el Registro Público Concursal de la resolución.

Si ya conocías la Ley de Segunda Oportunidad pero hacía años que no leías sobre ella, es importante saber que desde su reforma en 2022 se ha eliminado la norma que exigía un intento de acuerdo extrajudicial de pagos entre deudor y acreedores, así como el requisito de no haber rechazado una oferta de empleo en los últimos cuatro años. También se ha reducido el plazo mínimo entre la solicitud y la exoneración a cinco años.

Algunos famosos que se han acogido a la LSO

Cada una por sus motivos, pero ya han sido varias las celebridades que se han acogido a la Ley de Segunda Oportunidad desde su aprobación en 2015. Entre ellos se encuentran Marc Ostarcevic, Brito Arceo, Joaquín Torres, Julián Contreras hijo, Lolita Flores u Octavio Acebes. Si miramos fuera de nuestras fronteras, en EE.UU. existe una ley muy similar (la Ley de Bancarrota), que ayudó a recuperarse a históricos multimillonarios como Walt Disney, Steve Jobs o Donald Trump.

Un hombre estresado mirando unos papeles.

Qué deudas son legalmente cancelables con la LSO y cuáles no

La Ley de Segunda Oportunidad ayuda a cancelar la deuda y empezar de nuevo en casi todos los supuestos, pero hay algunos que no cubre. Es el caso del pago de salarios a trabajadores, pensiones alimenticias de hijos o toda deuda contraida con estamentos públicos como la Seguridad Social o Hacienda y que supere los 10.000€.

Tampoco son cancelables las deudas procedentes de un proceso legal o concurso de acreedores, las procedentes de operaciones de leasing, de indemnizaciones laborales por despido, accidentes laborales o enfermedad anteriores al concurso, pagos debidos a colaboradores o por derecho de autor, así como ciertos préstamos hipotecarios avalados con activos.

Por otro lado, las deudas que sí son legalmente cancelables mediante la LSO son las procedentes de productos financieros tales como préstamos, tarjetas de crédito, hipotecas, facturas y microcréditos, así como deudas con proveedores y aquellas con Hacienda y/o la Seguridad Social que no superen los 10.000€ en total.

Ventajas y desventajas de acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad

Como ves, si quieres empezar una nueva vida financiera sin cargas, la Ley de Segunda Oportunidad aporta grandes beneficios, pero también hay algunos inconvenientes que merece la pena saber antes de solicitarla.

Beneficios de acogerse a la LSO

Las principales ventajas son la posibilidad de cancelar las deudas y poder empezar de cero, la suspensión del pago de las deudas y cuotas mensuales pendientes, así como la paralización de los intereses y recargos originados por deudas, embargos o ejecuciones.

Otra de las ventajas de la Ley de Segunda Oportunidad es el de mantener la vivienda habitual, si es que la tuviera, así como la de otros bienes.

Por último, también está la desaparición de los ficheros de morosos, lo que nos permite poder volver a solicitar créditos como préstamos personales.

Desventajas de la Ley de Segunda Oportunidad

El primer gran pero de la LSO ya lo hemos comentado anteriormente y es que no todas las deudas son legalmente cancelables. Otra es que la solicitud puede revocarse si durante el proceso alguno de los acreedores percibiese mala fe, obligando a una revisión del caso y una posible cancelación si se hallaran indicios de ocultación de bienes o ingresos.

Por otro lado, también es posible que durante el proceso algunos bienes del deudor se liquiden debido a una pérdida temporal a la libre disposición de su patrimonio, así como que sus datos vayan al Registro Público Concursal para proceder al pago de la liquidación de dichos bienes en un periodo de entre tres y cinco años.

Cómo acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad en España

Para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad la mejor opción es acudir a un bufete de abogados especializado en este tipo de procesos. Ellos te explicarán todos los documentos que debes presentar y cómo debes acreditar tu insolvencia como deudor, así como podrán ofrecerte el mejor precio y garantías debido a su especialización en estos temas. Ellos serán los encargados de preparar y presentar la demanda en el Juzgado de lo Mercantil justificando la solicitud y aportando todo aquello que facilite la resolución favorable.

Con la solicitud tramitada y presentada junto a la documentación se inicia la fase judicial en la que se pueden producir tres situaciones:

A) Se exoneran todas las deudas si no posees bienes que liquidar.

B) Se cancelan parte de tus deudas y se deberá afrontar el pago del resto de ellas mediante un plan o compromiso de pagos a tres o cinco años que proteja tu vivienda familiar y algunos activos empresariales. Los acreedores pueden presentar alegaciones sobre este plan de pagos antes de que el juez lo apruebe.

C) Se cancelan todas tus deudas a cambio de liquidar tu patrimonio en su totalidad o hasta cubrir esas deudas.

Las preguntas más frecuentes sobre la Ley de Segunda Oportunidad

Hemos hablado de qué es la Ley de Segunda Oportunidad, sus ventajas y desventajas y quién y cómo puede acogerse a ella, pero seguro que aún tienes dudas acerca de su duración o su coste. Vamos allá:

Cuánto dura todo el proceso de solicitud y aprobación

Es una pregunta difícil ya que cada caso puede variar en tiempos en función de los condicionantes y particularidades. Sin embargo, existe un plazo máximo fijado por ley de 18 meses para los casos más complicados. A ello debemos sumarle la preparación de documentación y presentación de solicitudes, que puede oscilar entre los uno y seis meses más. En resumen, el proceso puede durar un máximo total de 24 meses.

Cuánto cuesta el proceso de acogerse a la LSO con un bufete

Esta pregunta es especialmente sensible ya que quien la solicita suele hallarse en una situación financiera límite. Pero, precisamente por la delicadeza que requiere este tipo de caso, no conviene dejarse llevar por el precio más barato. Debemos buscar profesionales contrastados que permitan garantizar una buena probabilidad de éxito en la presentación.

Dicho esto, y teniendo en cuenta que los costes pueden variar en función de la complejidad del caso, los precios pueden oscilar desde los 2.000 o 3.000€ hasta los 6.000€.

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