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El COVID-19 aumenta los casos de ergofobia

El COVID-19 aumenta los casos de ergofobia

La crisis sanitaria ha tenido un gran impacto en la economía y la situación de muchas familias. El confinamiento para evitar los contagios ha ocasionado el cierre de comercios, tiendas y negocios, y ha mantenido a millones de personas en casa durante semanas.

La crisis sanitaria ha tenido un gran impacto en la economía y la situación de muchas familias. El confinamiento para evitar los contagios ha ocasionado el cierre de comercios, tiendas y negocios, y ha mantenido a millones de personas en casa durante semanas.

¿Qué es la ergofobia?

La ergofobia, también conocida como miedo al trabajo, es la angustia que experimentan algunas personas por el hecho de tener que ir a trabajar o volver a asistir a su puesto de trabajo. Dada la situación que hemos vivido estos últimos meses, el COVID-19 es un factor más para que este miedo aparezca.

El coronavirus, un agente a tener en cuenta

Por suerte, las medidas de reclusión se van levantando progresivamente, y algunos de los trabajadores se ven en el momento de volver a su lugar de trabajo en situación de la “nueva normalidad”. La cuestión es que recuperar la actividad laboral en este contexto, genera gran incertidumbre y son muchas las personas que experimentan mayor inseguridad.

El bombardeo informativo al que nos hemos estado expuestos y el desconocimiento que sigue habiendo sobre la enfermedad y cómo se irán desarrollando los próximos meses, ha disparado los casos de ergofobia.

La ergofobia o miedo a volver al trabajo es una forma de ansiedad que genera el acudir a tu puesto de trabajo

¿Qué síntomas se presentan con la ergofobia?

Las personas con ergofobia experimentan síntomas de ansiedad los días u horas previos a incorporarse al trabajo, o incluso durante la jornada laboral. Algunos de los síntomas más comunes son: el aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración excesiva, respiración rápida, sensación de ahogo, boca seca, pérdida de concentración, angustia, tensión muscular e incluso ataques de pánico. Si sientes algunos de estos síntomas en dichas circunstancias, puede que estés experimentando angustia por ir al trabajo.

Si es así, no te preocupes: tu miedo es absolutamente razonable. Es normal que tras una situación como la que hemos vivido sea difícil volver a la rutina, y que hacerlo nos dé miedo. Lo primero que puedes hacer es aceptar cómo te sientes, exteriorizarlo y hacerte consciente de que es algo transitorio.

Volveremos a acostumbrarnos a ir al trabajo, retomaremos nuestras rutinas y también iremos incorporando progresivamente en nuestro día a día los nuevos hábitos que aparezcan ahora. Mientras tanto, ten paciencia contigo mismo, habla con tus responsables y tus personas de apoyo. Es cuestión de tiempo.

El riesgo al contagio existe, y las circunstancias en las que nos encontramos pueden tener un impacto en nuestro rendimiento laboral, pero no por ello es necesario encerrarse hasta encontrar la vacuna o una cura definitiva. Tomando las precauciones necesarias, el riesgo se reduce cada día un poco más. Los contagios han bajado de manera significativa y se están implementando medidas para que la vuelta sea lo más segura posible.

También es importante valorar la parte positiva de volver a nuestro día a día. Por ejemplo, pasar tiempo con las personas de nuestro entorno y ocupar nuestra mente con tareas nos puede ayudar a desconectar y dejar la ansiedad de lado. Pasear, relacionarnos y estar activos tiene grandes beneficios para nuestro bienestar. A medida que vayamos retomando la vida fuera de nuestras casas también iremos adaptándonos al puesto de trabajo.

¿Qué síntomas se presentan con la ergofobia?

¿Cómo superar la ergofobia?

Ir y volver del trabajo a casa

Uno de los primeros pasos que suele generar incertidumbre al recuperar tu trabajo o incorporarte a uno nuevo es, precisamente, la manera en que llegarás hasta allí.

  • Si puedes trasladarte en un transporte privado, como en bici, coche o moto, será fácil mantener la distancia social de dos metros. No obstante, usar mascarilla y guantes seguirá siendo útil tanto para ti como para los demás.
  • Si vas a usar el transporte público, tranquilo. Puedes intentar mantener la distancia de seguridad, aunque sea inferior a 2 metros. Además, ir con tiempo para respetar la ocupación máxima y protegerte con mascarilla y guantes te ayudarán a mantenerte seguro y reducir la sensación de estrés.

En principio, las empresas deben facilitar a los trabajadores estos elementos de seguridad. Por otro lado, en algunas ciudades se entregan mascarillas a la entrada de los transportes públicos porque son obligatorias para poder subirte a ellos. Si no es el caso, también puedes autoabastecerte en cualquier farmacia si no lo has hecho ya. Toma las precauciones necesarias para protegerte y evitarás al máximo el contagio.

Cuando te acostumbres a las medidas de seguridad, las normalizarás y perderás el miedo

Quienes ya llevan unos días trabajando dicen que han superado este lógico miedo intenso al acostumbrarse a seguir unas pautas de seguridad en el transporte público. Como en muchas cosas en nuestra vida, es cuestión de hábito. Conforme vayas yendo al trabajo y retomando la actividad fuera de casa, irás acostumbrándote a las medidas de seguridad y verás que puedes seguir haciendo vida. Poco a poco irá bajando el estrés y te irás relajando progresivamente.

Por otro lado, cuando llegues a casa también puedes tomar medidas de precaución extra. Por ejemplo, dejar los zapatos en el recibidor, lavar la ropa que llevabas puesta y ducharte. Así evitarás al máximo que entren patógenos en casa.

¿Cómo superar la ergofobia?

En tu puesto de trabajo

En ocasiones la ergofobia puede confundirse con estrés laboral en el trabajo. En cualquier caso, el estrés y la ansiedad son síntomas clave en ambas afecciones. A continuación te dejamos una guía de actuación para la prevención de riesgos laborales frente al SARS-Cov-2 (Covid-19) a fin de que sepas cómo se deben aplicar los protocolos en los lugares de trabajo. Esto te ayudará a tomar las precauciones necesarias, así como también a valorar si es necesario implementar más medidas en tu lugar de trabajo.

Comprueba qué medidas son las obligatorias en tu lugar de trabajo y si se aplican bien

Además, es importante saber que si consideras que en tu lugar de trabajo no se cumplen todas las normas o crees que tu salud está en riesgo, acogiéndote al artículo 21 de la Ley de prevención de Riesgos Laborales, puedes negarte a trabajar o a acudir a tu puesto de trabajo hasta que se tomen las medidas necesarias. El objetivo de esta ley es garantizar que todos los trabajadores están cuidados y que se ponen a su disposición los medios necesarios para proteger su salud y seguridad a todos los niveles.

Si no se cumplen las medidas de seguridad en tu empresa, puedes negarte a ir a trabajar hasta que se hagan efectivas

En resumen, hay tres escenarios en cuanto al riesgo de contagio por el contacto con otras personas, ya sean clientes o compañeros de trabajo:

  • Alta exposición. Se produce un contacto estrecho con una persona que puede estar infectada. Sería el caso de personas que trabajan en el sector sanitario o en sectores concretos como la policía o los bomberos. Hay que extremar las precauciones.
  • Exposición de bajo riesgo. La relación con otras personas no implica un contacto estrecho con ellas, por lo que la posibilidad de contagio es baja (sean o no sintomáticos). Esto ocurre en algunos comercios, por ejemplo. La distancia social y las medidas de protección son suficientes.
  • Baja probabilidad de exposición. Serían trabajadores que no atienden al público o que pueden trabajar a más de dos metros de distancia de otros compañeros. Algunas fábricas u oficinas, por ejemplo. En este caso, se recomienda mantener precauciones sin tensión.

En conclusión

Somos muchas las personas que nos enfrentamos en estos momentos a volver al trabajo y puede que no nos resulte fácil. En ese caso, es importante entender que la situación de incertidumbre sanitaria que vivimos actualmente puede ser responsable de que padezcamos de ergofobia. Y no estamos solos.

Ahora sabemos que se trata de un miedo racional que puede generar dosis de ansiedad muy elevadas y que puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, también sabemos que tomar las precauciones necesarias nos ayudará a reducir el estrés y que podemos aprender a vivir en situaciones de incertidumbre.

 

Miedo a volver al trabajo

En última instancia, si crees que no puedes sobreponerte a la ergofobia por tus propios medios y empieza a ser un problema más serio, también puedes acudir a especialistas que te ayuden a superarlo. Ir al psicólogo para iniciar una terapia es una buena forma de aprender a dejar de lado el miedo y vivir con más tranquilidad. Piensa que todos nos estamos recuperando poco a poco y es vital pedir ayuda siempre que lo necesitemos. Y, si tienes la oportunidad, revisa las oportunidades del teletrabajo. ¡Cuídate mucho y date tiempo!

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