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¿Cómo evitar las averías más habituales de tu nevera?

Averías más habituales de la nevera

Con la llegada del buen tiempo, lo último que deseas es que tu nevera o tu congelador te den un susto. A veces, simplemente, alguien se ha dejado la puerta abierta y todo tiene fácil solución. Pero otras veces, estamos frente a una verdadera avería.

Con la llegada del buen tiempo, lo último que deseas es que tu nevera o tu congelador te den un susto. A veces, simplemente, alguien se ha dejado la puerta abierta y todo tiene fácil solución. Pero otras veces, estamos frente a una verdadera avería.

Y si no te has dado cuenta a tiempo, todo lo que había en el congelador ya ha roto el ciclo del frío y no tiene vuelta atrás. Y de lo que tienes arriba, parte se ha calentado y parte se ha echado a perder. Ya no es sólo la reparación de un electrodoméstico grande y caro de sustituir, probablemente el más grande y caro de tu cocina, sino el coste de reponer todos los alimentos que se han estropeado. Una avería inoportuna y con un importe elevado.

Con lo fácil que es ahorrar en la nevera subiendo y bajando el termostato para adaptarlo a las estaciones ¿A que no lo haces? Bajas la temperatura de la nevera en verano (4 grados) y la subes en invierno (5 grados) para ahorrar dinero aprovechando que no necesitas tener las cosas tan frías. Es igual que el termostato del agua caliente, pero al revés. Necesitas menos agua caliente en verano y bajas la temperatura del calentador para reducir un consumo innecesario ¿O es que eso tampoco lo haces?

 

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Averías más habituales de la nevera y cómo evitarlas

  • El desagüe recoge agua

El frío desde el motor del frigorífico entra a la zona de refrigeración través de un ventilador en un aparato no Frost. Ese es el punto que debes vigilar de vez en cuando (lo pone en el libro de recomendaciones/instrucciones del fabricante). Es muy importante que esa bandeja no acumule hielo o agua porque si lo hiciera, el conducto por el que pasa el aire estará obstruido y no habrá posibilidad de que el ventilador haga su trabajo.

Lo notarás porque los alimentos estarán menos fríos de lo necesario y, a pesar de un mayor esfuerzo por parte del motor y de un mayor gasto energético, el interior de la nevera estará a una temperatura superior a la correcta y la comida no se estará conservando bien.

Dependiendo de tu nevera, basta con limpiar el conducto de vez en cuando con un bastoncillo para los oídos o limpiar la bandeja con una bayeta. Busca el libro de instrucciones y mantenimiento y léelo para evitar disgustos posteriores con coste económico.

 

  • Se hace hielo en el congelador o en la nevera

No es una buena señal ver hielo dentro del congelador o de la nevera. Esto puede deberse a varios motivos, pero ninguno es positivo. Es verdad que en zonas húmedas como pueden ser las de costa se produce con más asiduidad y que también es más fácil que ocurra si hay muchas personas abriendo y cerrando la nevera.

En primer lugar, debes revisar si el termostato no está demasiado alto. Esto obliga al motor a un esfuerzo excesivo, lo que aumenta el consumo. Si a esto le añadimos que la nevera, por lo que sea, está mucho tiempo abierta o abriéndose a lo largo del día, el hielo o la escarcha los tienes asegurados.

Otro problema puede proceder del circuito de condensación, que no esté bien ventilado. Por lo general, la nevera no está pegada a la pared para que el circuito de condensación tenga espacio libre para que el aire circule con facilidad. Sin embargo, en algún momento hemos podido mover la nevera y dejarla demasiado pegada, lo que asfixia un poco el circuito y le impide funcionar bien.

Otro aspecto que puede fallar es que el serpentín no esté lo bastante limpio. El serpentín es una parte metálica, generalmente negra, que hay en la parte trasera de la nevera. Aunque no sea un lugar en el que solemos mirar, deberíamos hacerlo de vez en cuando porque si se acumula polvo alrededor del serpentín el frigorífico se calentará mucho más no hará bien su trabajo. Y esta, si que es una avería con consecuencias serias.

Por último, es posible que tengas el termostato roto. La temperatura a la que le programas no es la temperatura a la que se fija el frigorífico. Pues en este caso lo mejor es llamar siempre a un técnico especialista. Busca el teléfono del servicio oficial.

 

  • Un frigorífico muy lleno

Ha llegado la gran compra del mes y has llenado la nevera o el congelador hasta arriba. Ya no sólo es que el motor tenga que hacer un sobre esfuerzo para compensar tanto tiempo de puertas abierta o de nuevos alimentos calientes. Es que, en general, los frigoríficos demasiado llenos son menos eficientes.

El aire frío no puede circular libremente y no se reparte la temperatura por igual. Esto hará que los alimentos no se conserven en un estado óptimo, e incluso pueden estropearse más, perdiendo calidad y valores nutritivos. Por lo tanto, intenta no llenar en exceso la nevera.

 

  • El frigorífico y las fuentes de calor

No somos técnicos en electrodomésticos, pero el sentido común nos dice que no debe ser bueno que montemos en la cocina la nevera pegada al horno o a cualquier fuente de calor. Y no lo es. Ese calor que genera el electrodoméstico de al lado obliga al frigorífico a un esfuerzo adicional no deseado, lo que podría terminar estropeándolo, sin hablar de que la factura de la luz será muchísimo mayor.

Algo parecido ocurre si metes un alimento caliente en la nevera. El vapor que suelta se convertirá en escarcha y estropeará el circuito, además de que obligará al frigorífico a un esfuerzo mayor e innecesario. Deja enfriar las cosas al aire y, cuando ya no tengan una temperatura elevada mételos en la nevera.

 

  • Usa regletas buenas para su conexión

Como en el caso anterior, puede que tu no hayas instalado tu cocina. No obstante, sabes que hay muchos aparatos eléctricos conectados constantemente, lo que siempre puede ser un tanto peligroso. Las regletas pueden ayudarnos mucho en esto de multiplicar las tomas de luz. Sin embargo, debes tener cuidado porque pueden romperse y generar problemas.

Las neveras son más sensibles que el resto de los electrodomésticos a los cortes de luz y a las subidas de tensión, por lo que, si quieres colocar una regleta, no te olvides de comprar regletas eléctricas de protección. Es verdad que son un poco más caras, pero invertir un poco más en ellas hará que nuestro frigorífico aguante mejor.

Nuestro consejo principal es que te tomes cinco minutos y leas las instrucciones de mantenimiento de tu refrigerador. Revisa que todo está conforme a las recomendaciones del fabricante y sigue sus consejos. Te ahorrarán dinero vía consumo y vía reparaciones.

Si estás pensando en el ahorro, échale un ojo a nuestro apartado Hogar para aprovechar al máximo tus recursos.

Se hace hielo en el congelador o en la nevera

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