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¿Cómo empezar a invertir si estás jubilado?

Finanzas
13min.
Una lupa encima de unos billetes y una calculadora.

Ante los cambios en el sistema público de pensiones, las previsiones de inflación y la incertidumbre económica, cada vez son más los jubilados españoles que consideran la inversión para mantener sus ahorros y nivel de vida. Como más vale prevenir que curar, te explicamos algunos consejos por si a ti también te preocupa.

Ante los cambios en el sistema público de pensiones, las previsiones de inflación y la incertidumbre económica, cada vez son más los jubilados españoles que consideran la inversión para mantener sus ahorros y nivel de vida. Como más vale prevenir que curar, te explicamos algunos consejos por si a ti también te preocupa.

Aunque hayas dejado atrás el mundo laboral, puedes invertir si estás jubilado para que tus ahorros sigan trabajando para ti y así no te falten en un momento clave. Por si te preguntas cómo hacerlo, a continuación vamos a repasar algunas de las distintas formas de inversión que tienes en tu mano, tanto si lo que deseas es proteger tu patrimonio como dejar herencia a tus descendientes. Sea cual sea tu caso, seguro que hay una opción para ti. ¡A por las calculadoras!

Las principales razones para invertir si estás jubilado

Invertir no es solo cosa de jóvenes o expertos en finanzas. Incluso estando jubilado puedes considerar la inversión como una herramienta para mantener y mejorar tus ahorros. A continuación, te damos algunas razones.

Protege tu dinero de la inflación

Los precios de los alimentos, la luz o el ocio siguen subiendo año tras año. Ni hablar ya si vives de alquiler. Si guardas tu dinero bajo el colchón o en una cuenta sin remunerar, poco a poco pierdes poder adquisitivo con el paso del tiempo.

Imaginemos una inflación del 2 % anual. Con ella, unos ahorros de 50.000 € se irán devaluando ese porcentaje año tras año. Tras el primero, la devaluación sería de 1.000 €. Aunque seguirías teniendo 50.000 € en el banco, con ellos sólo podrías comprar el equivalente a 49.000 €. Y eso solo el primer año, cada año sucedería lo mismo.

Si a la inflación le sumas que también vas gastando parte de esos ahorros, la pérdida de capital o poder adquisitivo se acelera. Es por esto que debes considerar la inversión ya que, como mínimo, protegerá tus ahorros ante esta constante pérdida de valor.

Un extra a tu pensión: genera ingresos adicionales

Tu pensión pública es un pilar fundamental, pero puede que no sea suficiente para todos tus gastos o necesidades. Una cartera de inversiones bien planificada puede proporcionarte ingresos pasivos que complementen tu pensión mes a mes. Está claro que es algo que debes tener preparado de antemano, es decir, antes de llegar a tu jubilación, pero puede ayudarte a ir generando un plus interesante.

Hacer durar tu patrimonio durante más tiempo

España es uno de los países con mayor esperanza de vida. Cuando te jubiles, todavía te quedarán muchos años por delante. Invertir con cabeza puede ayudarte a que tus ahorros no se te agoten cuando más los necesites.

Aquí la idea es lograr un equilibrio: obtener cierta rentabilidad para que tu patrimonio crezca o al menos se mantenga, sin asumir riesgos excesivos.

Unas finanzas hechas

Aprender sobre inversiones y gestionar tu dinero es también una forma de jubilación activa. Te da una meta y un reto en esta nueva etapa de la vida. Además, tomar las riendas de tu economía te aporta tranquilidad al saber que estás asegurando activamente tu bienestar financiero.

Preparándote para invertir si estás jubilado

Antes de lanzarte a invertir, es fundamental pararse a pensar y tener claras tus necesidades. Invertir no va de actuar por impulsos, se trata de tomar decisiones meditadas y que estén de acuerdo con tu situación actual.

A continuación, vamos a presentarte algunas de las claves para empezar con la inversión con buen pie.

Analiza tu situación financiera actual

Este paso no te lo puedes saltar bajo ningún concepto. Haz una lista de tus ingresos como la pensión, ahorros disponibles en el banco, alquileres u otras rentas, ayudas, etc. A ello deberás listar y restar todos tus gastos fijos como facturas, alimentación, salud, ocio… Todos los gastos habituales que se te puedan ocurrir, ya que solo así podrás obtener una visión clara de cuál es tu capacidad de ahorro.

Recuerda también que es muy importante contar con un fondo de emergencia, es decir, una hucha de dinero destinado a imprevistos. Muchos expertos recomiendan tener ahorrado en él entre seis meses y un año de gastos básicos. De este modo, podrás invertir con la tranquilidad de que pase lo que pase, lo tienes todo cubierto.

Con un buen desglose de tus ingresos y gastos junto a una reserva de emergencia, podrás determinar cuánto dinero puedes destinar a la inversión sin comprometer tu día a día.

Define tus objetivos y tu horizonte temporal

Cada persona es un mundo y sus objetivos de inversión también. Tal vez quieras complementar tu pensión con una renta adicional mensual, o quizás busques hacer crecer tus ahorros a largo plazo para dejarlos como herencia a tus hijos o nietos. Incluso puede que simplemente quieras proteger el capital que tanto te esforzaste en reunir durante tu vida laboral.

Define con claridad cuál es tu objetivo principal, ya que de ello dependerá qué tipo de inversiones te convienen más. Por ejemplo, si necesitas ingresos inmediatos, prioriza productos que paguen rentas o intereses periódicos. Si buscas crecimiento a 10-15 años vista, podrás permitirte inversiones a más largo plazo.

Conoce tu perfil de riesgo

Es fundamental que identifiques la volatilidad que estás dispuesto a tolerar. En otras palabras, ¿cómo te sentirías si tus inversiones bajan temporalmente de valor? Algunas personas duermen tranquilas sabiendo que a largo plazo recuperarán, mientras que otras sufren con cualquier fluctuación.

Si nunca has invertido, es probable que tu perfil sea conservador o moderado. Esto significa que prefieres seguridad, aunque sea a costa de obtener menos rentabilidad. Y está bien: en la jubilación, después de toda una vida de trabajo, tampoco se trata de apostar todo lo loco, sino de conservar lo logrado y obtener un rendimiento razonable.

Tip financiero: 

Nunca inviertas en productos que no entiendes o que te quitan el sueño por la preocupación. La paz mental no tiene precio. Es preferible ganar un poco menos, pero estar tranquilo y confiado con tus decisiones.

Diversifica tus inversiones

En otras palabras: no pongas todos los huevos en la misma cesta. Es un consejo atemporal que aplica perfectamente a la inversión, tanto si empiezas joven como si te has propuesto invertir si estás jubilado. Diversificar significa repartir tus ahorros en distintos tipos de activos o productos, de forma que si uno va mal, los otros compensen o no pierdas tanto.

Por ejemplo, en lugar de invertir todo en un solo depósito o en las acciones de una sola empresa, podrías dividir el dinero entre varios instrumentos. Para un jubilado sin experiencia, la diversificación es la mejor aliada, ya que te protege de pérdidas grandes en un solo activo y ayuda a diluir el riesgo que puedas tomar en un ámbito concreto.

Fichas con gráficos.

Distintas opciones para invertir si estás jubilado

Invertir no es solo comprar partes de empresas, mirar gráficos y estar pendiente de las subidas y bajadas de las acciones. Existen muchas formas de darle rendimiento a tus ahorros sin tener que convertirte en el lobo de Wall Street.

Vamos a repasar las opciones que tienes para invertir si estás jubilado, tanto las más conservadoras como algunas con mayor riesgo, pero también mayor retorno con el fin de que halles con cuál se adapta mejor a ti.

Bonos del Estado y Letras del Tesoro

Este tipo de inversión es ideal si quieres comprar un activo que te dé retorno, pero que a la vez sea muy seguro. La mejor forma de hacerlo es a través de bonos y Letras del Tesoro. El Estado español, al igual que otros gobiernos, emite bonos y Letras del Tesoro para financiarse.

Para ponerlo de forma sencilla, este tipo de inversión significa que le prestas tu dinero al Estado a cambio de un interés. Son considerados de los activos más seguros del mercado, ya que cuentan con el respaldo del gobierno.

Las Letras del Tesoro son títulos de deuda a corto plazo (normalmente a 3, 6, 9 o 12 meses). Han ganado popularidad recientemente, porque ofrecen rentabilidades atractivas en relativamente poco tiempo. Por ejemplo, a inicios de 2024 las Letras del Tesoro a 12 meses ofrecían en torno a un 3 % anual.

Con la inversión en Bonos, tu dinero queda “bloqueado” un tiempo. Durante ese periodo, se puede dar el caso en que necesites dinero para un imprevisto y no tengas suficiente en tu fondo de emergencia.

Si hablamos de Bonos y Obligaciones del Estado, son similares a las letras pero a plazos más largos. Un bono del Estado suele tener vencimientos a 3 o 5 años, mientras que las obligaciones pueden ser a 10, 15 o 30 años, por lo que son mucho menos aconsejables como producto de inversión para personas jubiladas.

Cuentas remuneradas: ahorra mientras dispones de tu dinero

Aunque las Letras del Tesoro sean una opción muy segura, es comprensible que no quieras tener parte de tu dinero bloqueado durante un tiempo determinado. Si lo que quieres es una opción sin riesgo, pero que te permita disponer del dinero rápidamente, puedes contar con una cuenta remunerada. Este tipo de inversión es ideal si tienes un perfil muy conservador.

Este tipo de cuentas permiten retirar el dinero en cualquier momento, mientras te pagan un pequeño interés sobre el saldo. Puedes aprovechar ese interés para que tus ahorros no se devalúen y disfrutes de rentas durante tu jubilación. Por lo general, los intereses de estas cuentas es menor que la de las Letras del Tesoro, pero a cambio ofrecen más flexibilidad.

Eso sí, tener dinero reservado para imprevistos no significa tenerlo parado sin generar ingresos. Si solo tienes previsto poner una parte de tu dinero en este tipo de cuentas, una buena opción es utilizarla como depósito para tu fondo de emergencia.

Una de las grandes ventajas de las cuentas remuneradas es que están protegidas por el Fondo de Garantía de Depósitos de España, que cubre hasta 100.000 € por titular y banco. Esto significa que, incluso en el improbable caso de quiebra de tu banco, tu dinero (hasta ese límite) está asegurado.

Tip financiero:

¿Recuerdas lo de diversificar? Si tienes más de 100.000 € para colocar, considera repartirlo entre dos bancos distintos para tener toda la cantidad cubierta por garantía en caso de problemas.

Fondos de renta fija: empieza a diversificar

Además de invertir directamente en bonos o depósitos, también existen fondos de inversión de renta fija. Estos fondos agrupan muchos bonos en un solo producto. De este modo, no estás comprando solo a España, sino a distintos gobiernos y empresas.

Su ventaja principal es la comodidad y la diversificación automática, aunque a cambio de una pequeña comisión de gestión. Por lo general, estos fondos suelen ofrecer un interés más alto que los Bonos del Estado, a cambio de un riesgo ligeramente mayor.

Si quieres darle un extra más de rentabilidad a tu patrimonio en renta fija, este tipo de fondos son ideales. Además, al diversificar, reduces todavía más el riesgo de impago al no depender solo de un gobierno.

Sacándole partido al ladrillo: inversión inmobiliaria

La cultura española tiene un arraigo especial por la vivienda y los bienes inmuebles. Es muy posible que ya seas propietario de tu casa, y quizás te plantees un inmueble para invertir si estás jubilado.

Una de las formas más directas de obtener ingresos de un inmueble es alquilarlo. Si cuentas con una segunda vivienda, como ese apartamento de la playa que ahora visitas menos o la casa de tus padres que heredaste y está desocupada, puedes aprovecharlas para sacarles una renta mensual y alquilarlas a estudiantes, por ejemplo

Las principales ventajas son dos: por una parte, está el alquiler como ingreso pasivo. Por otra parte, está la apreciación del valor de la propiedad. Es decir, cada año que pasa, tu casa se revaloriza.

Este tipo de inversión es ideal si ya tienes una casa a la que sacar rendimiento o te has asesorado muy bien de qué casa adquirir. Ten en cuenta que, al hacerlo, una parte de tu patrimonio estará bloqueada.

Puede sonar muy bonito, pero no todo son rosas en el mundo del alquiler. Debes considerar los posibles gastos y gestiones: mantener la vivienda en buen estado, atender reparaciones, pagar impuestos… A lo que también le tendrás que sumar el riesgo de morosidad o impago. 

Para minimizar estos inconvenientes, mucha gente contrata a una agencia inmobiliaria o administrador de fincas que gestione el alquiler. Así te despreocupas del día a día, aunque lógicamente reduce un poco el ingreso neto. Si te interesa explorar esta opción desde otros ámbitos, quizá puede que te interese lo que tenemos publicado sobre la inversión inmobiliaria con poco dinero.

Fondos indexados: el todoterreno de la inversión en bolsa

Puede que la palabra “bolsa” o “acciones” te genere cierto respeto, especialmente si no has invertido antes. Sin embargo, los fondos indexados hacen que el proceso sea mucho más sencillo.

Un fondo indexado tiene como objetivo replicar el comportamiento de un mercado concreto. Por ejemplo, un fondo indexado al índice IBEX 35 invertirá en las 35 empresas principales de la bolsa española o puedes realizar inversiones éticas a través de fondos que solo se fijen en aquellas empresas que apuesten por el medioambiente.

Si tu aversión al riesgo puede tolerar subidas y bajadas en los mercados, esta opción es para ti. Aunque haya periodos con largos descensos, a largo plazo se termina ganando. De hecho, el rendimiento anual del IBEX 35 desde su creación, es aproximadamente del 4,85%.

La idea detrás de los fondos indexados es que, a largo plazo, seguir el mercado suele dar mejor resultado que intentar adivinar qué acción subirá o bajará. Además, al ser una gestión automática y sencilla, los costes y comisiones de los fondos indexados suelen ser muy bajos. 

En la práctica, invertir en un fondo indexado es como comprar un pedacito de todo el mercado. Si inviertes en un fondo indexado mundial, por ejemplo, tu dinero se reparte entre miles de empresas de todo el mundo. Así consigues al instante mucha diversificación, sin que te afecte mucho las caídas de algún sector concreto.

Renta vitalicia para quienes no quieren preocuparse

Quizá no quieras invertir dinero, ni ponerlo en cuentas remuneradas o fondos indexados: simplemente quieres asegurarte de que el resto de tu jubilación no te falte de nada. Para ello, existe un producto llamado renta vitalicia.

Por tu parte, entregas una cantidad de dinero a una aseguradora, que a cambio se compromete a pagarte una renta fija periódica durante el resto de tu vida.

Imagina que a los 70 años decides destinar 50.000 € a una renta vitalicia. Supongamos que la aseguradora te ofrece, por esa prima, pagarte 250 € al mes de por vida, garantizados. Si vives 10 años, habrás cobrado 30.000 €; si vives 30 años, habrás cobrado 90.000 €.

Fichas com números, calculadora del móvil abierta y un post-it con la frase "Need help?"

La desventaja evidente es que, al contratarla, renuncias al capital entregado. Ya no podrás recuperarlo ni dispondrás de él para dejarlo en herencia o imprevistos. En ese caso, puedes considerar pedir un préstamo: te permitirá cubrir situaciones inesperadas y podrás devolverlo con parte de tus rentas.

 

Hay muchísimas opciones para invertir si estás jubilado: desde la seguridad de los depósitos, pasando por las inversiones en fondos y las rentas vitalicias. No es necesario que utilices todos los instrumentos a la vez; lo importante es que elijas aquellas inversiones que mejor encajen contigo. Si te ha resultado útil este artículo sobre educación financiera, no olvides investigar sobre el resto de contenidos del blog. ¡Nos vemos pronto!