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¿Podemos mantener todavía una cartera de inversión 60/40?

¿Podemos mantener todavía una cartera de inversión 60/40?

En Estados Unidos se denomina inversión clásica una cartera compuesta por un 60% de acciones y un 40% de bonos. Suele ser una estructura muy buena para las inversiones porque proporciona rentabilidades ajustadas al riesgo muy atractivas.

En Estados Unidos se denomina inversión clásica una cartera compuesta por un 60% de acciones y un 40% de bonos. Suele ser una estructura muy buena para las inversiones porque proporciona rentabilidades ajustadas al riesgo muy atractivas.

En el país norteamericano la referencia para comparar este tipo de cartera pasiva (comprar acciones y bonos a largo plazo) es el índice bursátil del S&P 500, que engloba las 500 mayores empresas cotizadas.

Un modelo de asignación de activos a largo plazo 60/40 tendría un 60% en acciones del S&P 500 y un 40% en renta fija (bonos, deuda, etc.). Vamos, una parte de la cartera en activos de riesgo (bolsa) y una parte en activos defensivos o de bajo riesgo (deuda).

En tiempos de bonanza, la parte de bolsa eleva la rentabilidad, mientras que, en tiempos de menor actividad económica, la rentabilidad de la deuda garantiza un mínimo beneficio. La pregunta ahora es si ese modelo funciona.

 

¿Funciona el modelo de asignación de activos 60/40?

Sí. El modelo de asignación de activos 60/40 funciona (o funcionaba). Desde 1980 y hasta ahora este modelo ha conseguido una rentabilidad igual o mejor que la del índice S&P 500 y con menos volatilidad (variaciones bruscas en el precio global de la cartera) casi todos los años.

Y los pocos que ha ofrecido rentabilidad negativa pocas veces ha superado una caída del 5%. Por lo tanto, es un modelo de asignación de activos que funciona para carteras a largo plazo. O funcionaba.

En 2022 se acumuló una rentabilidad negativa cercana al 14%, lo que supone su peor año desde 1976 cuando empezó a medirse. Pero es cierto que 2022 es un año excepcional en este sentido. Dicho de forma sencilla, este año la correlación entre las distintas clases de activos es muy elevada, por lo que resulta muy complicado obtener rentabilidades positivas.

La subida de la inflación, el miedo a una recesión económica y la guerra en Ucrania han generado aversión a los activos de riesgo (pérdidas en bolsa) al mismo tiempo que los bajos tipos de interés mantenían la rentabilidad de los activos de deuda en mínimos. Así, la cartera no se compensaba.

 

Claves para entender qué ha pasado con este modelo

El modelo de asignación de activos 60/40 ha funcionado muy bien desde los años 80 porque la inflación nunca ha estado del todo descontrolada. Los bancos centrales, en particular la Reserva Federal (el banco central de EE.UU.) han evitado este problema.

También ha funcionado porque la correlación entre bolsa y deuda era negativa. Esto es, cuando subía una, bajaba la otra, lo que compensaba la cartera.

Sin embargo, como la inflación se ha descontrolado en 2022, no hay rentabilidad en casi ningún activo y no importa dónde estemos invertidos (adiós el beneficio de la diversificación de activos). Además, la rentabilidad de la deuda a corto plazo irá subiendo con los tipos de interés, pero se mantendrá por debajo de la inflación (beneficio real cero para la cartera).

Por último, con una inflación tan elevada se corre el riesgo de provocar una recesión económica, porque se necesitan subidas de tipos muy agresivas (por encima del 0,75%) lo que afecta negativamente a las empresas y sus beneficios (malo para la parte invertida en bolsa).

Los expertos afirman que el 60/40 va a seguir funcionando

Por lo tanto, el modelo de asignación de activos 60/40 está en negativo, pero podría mejorar a lo largo del año a medida que la rentabilidad de la deuda a corto plazo suba. Lo hará gracias a que los bancos centrales han subido los tipos de interés para luchar contra la inflación.

asignación de activos a largo plazo

Por lo tanto, aunque no será un buen año para este modelo de asignación de activos, sí es cierto que los bajos precios de la bolsa y la creciente subida en la rentabilidad de la deuda crean un buen escenario para construir una cartera de este tipo.

Quien lo haga tendrá una cartera con rendimientos positivos en la parte de renta fija con menor riesgo y podrá adquirir acciones en la parte de bolsa a mejores precios. Cuando la situación se normalice (vaya bajando la inflación) esta parte de bolsa será la que produzca la rentabilidad.

Hablando siempre del modelo estadounidense, los analistas del banco Morgan Stanley pronostican una rentabilidad del 6,2% de este modelo a diez años, lo que supone un 3,9% por encima de la inflación prevista en este periodo.

 

En conclusión

Si estás pensando en crearte una cartera para ahorrar o invertir a largo plazo y buscas un modelo que te permita una cierta rentabilidad ajustada al riesgo (ganar sin excesivo riesgo o elevada volatilidad), el 60/40 es una buena alternativa.

No en vano, es el modelo de asignación de activos que siguen muchos fondos de inversión mixtos, los que invierten en un mix de bolsa y deuda.

Como en 2022, las bolsas mundiales han caído, comprar acciones para esa parte que se invierte en bolsa es más económico. Además, como los tipos de interés suben, la deuda a corto plazo ya recoge esas subidas y empieza a ofrecer mayor rentabilidad.

Si ya tienes una cartera 60/40 la inflación te dejará sin beneficio porque se va a comer la rentabilidad que consigas por la parte de la deuda (intereses) y por la que consigas por la parte de la bolsa (dividendos). Además, tu cartera de activos valdrá menos por la bajada de las bolsas. Pero como es una cartera a largo plazo, poco a poco se irá recuperando.

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