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¿Eres una posible víctima del cibercrimen?

¿Eres una posible víctima del cibercrimen?

Solo si entiendes las amenazas potenciales que existen ahí fuera podrás dormir con la seguridad de saber que estás protegido.

Solo si entiendes las amenazas potenciales que existen ahí fuera podrás dormir con la seguridad de saber que estás protegido.

Mientras mantengas la actitud del avestruz y pretendas creer que no eres una posible víctima del cibercrimen seguirás asumiendo un nivel de riesgo excesivo.

Te preguntamos en un reciente artículo si tenías el control de tus activos digitales, de todos tus activos digitales, para hacerte ver que no lo tenías. Hoy te preguntamos si eres consciente de que sí eres una posible víctima del cibercrimen para ayudarte a entender que debes proteger bien lo que guardas en tus dispositivos electrónicos.

Es curioso cómo los padres somos muy protectores sobre el uso que nuestros hijos hacen de las redes sociales. Les limitamos el uso que hacen de ellas y procuramos supervisar, por ejemplo, qué fotos suben.

Sin embargo, no nos paramos a pensar que, si alguien se mete en nuestro móvil, en nuestro ordenador o en nuestra cuenta en la nube, tendrá acceso a mucho más que unas fotos de nuestros hijos que no te gustaría que circularan por Internet.

Hoy vamos a revisar quiénes son los cibercriminales y cómo podemos protegernos de ellos.

Para empezar, debemos entender que la mayor amenaza que afrontamos es el cibercrimen económico, que es el que busca robarnos a través de la tecnología. Son personas o grupos de personas de cualquier lugar del mundo, pero con habilidades y tecnología diseñada para robar. El cibercrimen es solo la prolongación de la actividad criminal centrada en hacerse con tus datos personales financieros y tu dinero.

¿Cómo opera el cibercrimen?

Lo primero que debes saber es que el cibercrimen tiene unos objetivos indiscriminados. Utiliza sistemas con los que poder ir robando un poco a muchos incautos, como puede ser el phishing.

Sin embargo, hay una tendencia creciente de identificar a la víctima y trabajar en sus puntos débiles para poder introducirse en su vida. Esta acción supone mucho más tiempo y esfuerzo, pero también demuestra la habilidad de los cibercriminales para encontrar la información que confirme el perfil de la víctima y, luego, sus debilidades digitales.

¿Qué pasos siguen?

  • Paso 1: Te envían un mail con un link o documento adjunto que parece proceder de alguien conocido. Cuando pulsas en el link o adjunto infectas tu dispositivo con un virus malicioso (malware).
  • Paso 2: El ladrón utiliza ese malware para hacerse con las credenciales que utilizas para tus cuentas bancarias o para controlar a distancia tu dispositivo. Esto le permite hacerse pasar por ti.
  • Paso 3: Gracias al acceso a tus cuentas, el ladrón cambia tu perfil en el banco o en tu nombre transfiere dinero a cuentas criminales en otras entidades.

 

¿Cómo mantengo la seguridad de mis cuentas?

Mantener la seguridad de tus cuentas no es tan difícil. Basta con aplicar a tus dispositivos electrónicos y páginas web financieras la misma seguridad que aplicas en la puerta de entrada de tu casa.

 

1. Protege el acceso online con usuario único, contraseñas y autenticación

Es complicado mantenerse a salvo de un ataque aleatorio de los cibercriminales, pero puedes evitar males mayores si utilizas contraseñas complicadas y nunca pulsas en links de los que no estés totalmente seguro.

Los bancos y demás entidades financieras suelen aplicar ya una seguridad en dos capas. Es un poco más pesada, pero está ahí porque resulta mucho más segura. Tanto es así que muchos expertos recomiendan aplicarlas también en webs no financieras, pero relevantes, como las de tu operador de telecomunicaciones o las de tu correo electrónico.

Por lo general, esta segunda capa de seguridad pasa por que te envíen al móvil una contraseña temporal que les asegura que la orden es tuya.

Las contraseñas deben proteger el acceso a tus cuentas. No debes utilizar las mismas para todas ellas, porque si se hacen con una, abrirán todas tus puertas. Piensa que pueden hacerse con las cuentas de clientes de una página poco protegida y tratar luego de usarlas en páginas más interesantes. Por eso hay ataques a páginas aparentemente insustanciales.

Tampoco debes utilizar datos personales porque es lo primero que van a utilizar. Y jamás utilices la que te venga por defecto. Una buena contraseña tiene diez dígitos e incluye letras, números y caracteres especiales. Existen apps que permiten generar y guardar las contraseñas.

 

2. Protege los dispositivos con actualizaciones y copias de seguridad

Una de las mejores cosas que puedes hacer es actualizar los sistemas operativos de los dispositivos que utilizas. La mayoría de estas actualizaciones mejoran la seguridad y suelen avisarte de que hay novedades que debes instalar. También puedes programarlas para que lo hagan de forma automática.

No te olvides de hacer copias de seguridad periódicamente. Los cibercriminales pueden secuestrar la información de tu ordenador o móvil y pedirte un rescate, además de que así dispones de todos los datos que te interesa guardar, incluso en el caso de un accidente. Puedes utilizar servicios en la nube o dispositivos de hardware como una memoria externa USB.

3. Nunca entres a tus páginas financieras a través de un link en un email

Los emails falsos cada vez son más aparentes y pueden llegar a venir de personas de tu confianza (o eso te hacen creer).  En parte es culpa de la información que dejamos en las redes sociales. En cualquier caso, en cuestiones de seguridad, los mails no son de fiar.

Entra a tu empresa de servicios financieros a través de una dirección web y confirma con ellos cualquier operación que te pida tus datos y hayas recibido por email. Confirma que te encuentras en una web segura (https).

¿Cómo mantengo la seguridad de mis cuentas?

4. Accede siempre a tus cuentas desde una conexión segura

La wifi de tu casa no es inviolable, pero está protegida con un router y una contraseña. A medida que añades dispositivos, amplías las posibilidades de exponerte a un fallo. Por lo tanto, deberías cambiar el nombre y las contraseñas de acceso. Sobre todo, las que te dieron inicialmente.

Ten mucho cuidado con las wifi públicas o abiertas porque no son seguras. Te lo dicen, pero siempre puedes dejarte llevar y cometer el error de entrar a alguna de tus webs protegidas desde una wifi desprotegida y donde te pueden robar las contraseñas.

 

5. Piensa en dedicar un único dispositivo para acceder a tus cuentas

Una forma de protegerte es utilizar única y exclusivamente un dispositivo concreto para entrar en tus cuentas bancarias. En ese dispositivo no abrirías mails de ningún tipo ni navegarías por la red más allá de por las páginas de tus proveedores de servicios financieros. Eso mantendrá a los cibercriminales lejos de tu dispositivo ‘financiero’.

 

6. Mejora la seguridad por tu cuenta

Hay sistemas adicionales de seguridad que puedes instalar por tu cuenta. Puede que necesites asesoramiento especializado, pero no olvides que hay compañías que en los servicios del seguro multirriesgo de hogar tienen incluidos ya a estos profesionales.

Una revisión profesional de tu ciberseguridad querrá saber cuántos dispositivos están conectados a tu wifi, si son de uso profesional y particular al mismo tiempo, si hay personas fuera de la familia con acceso a esa wifi, qué procedimientos de backup hay en cada dispositivo y quiénes son activos en redes sociales.

En conclusión, eres una posible víctima del cibercrimen porque llegan a ti de forma aleatoria o porque han descubierto un punto negro (brecha) en tu seguridad. Procura no cometer errores y defender tus posesiones. Si no eres una víctima fácil, irán a por otro.

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