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10 consejos para mejorar la convivencia

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9min.
Compañeros de piso y consejos para mejorar la convivencia

Compartir el mismo espacio muchas horas al día puede ser todo un desafío, sobre todo en el hogar. Sin embargo, la clave para un ambiente armonioso radica en la disposición de mejorar constantemente. En este artículo, exploramos los principales consejos que os ayudarán a mejorar la convivencia ⬇️

Compartir el mismo espacio muchas horas al día puede ser todo un desafío, sobre todo en el hogar. Sin embargo, la clave para un ambiente armonioso radica en la disposición de mejorar constantemente. En este artículo, exploramos los principales consejos que os ayudarán a mejorar la convivencia ⬇️

Nuestros 10 consejos para mejorar la convivencia notablemente

#1: Comunícate abiertamente, pero siempre desde el respeto

La base de una convivencia exitosa es la comunicación, pero esta siempre tiene que ser clara y respetuosa. Por eso, siempre es bueno establecer canales abiertos de diálogo que faciliten la comprensión mutua.

Comunicarse bien requiere un esfuerzo proactivo. Practica la escucha activa, muestra interés en las opiniones del otro y evita interrumpir. El respeto hacia las ideas y perspectivas ajenas construye puentes sólidos.

Por ejemplo, unos buenos hábitos de escucha son:

  • Mirar a los ojos a tu compañero/a cuando hable.
  • Responder a los sentimientos que te transmite y no al discurso.
  • No juzgar lo que dice.
  • Pedir más información con preguntas comprensivas y con buena intención.

#2: Debes ser más empático de lo normal

La empatía es una herramienta que debemos practicar cada día y en cualquier situación, pero es aún más importante trabajarla en la convivencia.

Ponerte en el lugar del otro es esencial para mejorar la convivencia. Solo a través de la empatía podrás llegar a un punto de comprensión y tolerancia. Antes de emitir juicios, intenta entender las circunstancias y emociones del otro. Este simple acto puede transformar conflictos en oportunidades para fortalecer la relación.

Para comenzar a practicarla, puedes:

  • Evita menospreciar sus preocupaciones, es decir, no restes importancia a sus
    problemas.
  • No saques conclusiones precipitadas.
  • No es cuestión solo de prestarle atención, sino mostrarle un interés genuino y
    sincero.
  • No tengas prisa constantemente, respeta los tiempos ajenos.

#3: También debes pensar en ti, estableciendo límites y normas

Una vez hemos repasado cómo debes comportarte respecto al otro, es muy importante que tengas claro que no podrás convivir con alguien pasando por encima de tus prioridades y tus sentimientos.
La comunicación, además de empática y respetuosa, también se debe asentar en límites y normas claras. Por ambas partes, debéis establecer reglas consensuadas para así evitar malentendidos y conflictos innecesarios.

  • A nivel de autocuidado, es muy importante que tengas claro qué es lo que te duele o molesta y sepas comunicarlo de una forma asertiva. Por ejemplo, ¿cuáles son esas palabras o hechos que te hacen sentir dolido o poco respetado?
    Para hacerlo saber y evitar que lo perciba como un ataque, siempre es mejor que hables desde tus sentimientos y tu vulnerabilidad. Cambia un “tú dices” o “tú haces” por un “yo me siento así cuando…”
  • A nivel organizativo, os irá bien definir roles y responsabilidades, ya que contribuirán a un ambiente organizado y equitativo, creando un marco sólido de convivencia.
    Este enfoque ayuda a prevenir la sensación de injusticia que podría sumarse a la tensión cuando se produce un declive en la relación. Planificar el reparto de responsabilidades evita peleas derivadas del clásico “hay que hacer y no se hace”.

#4: Antes de discutir, ¿lo que te molesta de verdad merece una discusión o solo estás irritado?

Cuando compartimos demasiado espacio físico y tiempo con otros, es habitual que se produzcan más roces y discusiones de los habituales. Por eso, es importante que elijas tus batallas.

Por eso, cuando te encuentres ante una situación potencialmente conflictiva, para, respira profundamente y evalúa mentalmente si lo que estás a punto de decir puede superar tres filtros cruciales:

Compañeros de piso viendo consejos para mejorar su convivencia
  1. ¿Es cierto lo que voy a decir?
  2. ¿Es necesario ahora?
  3. ¿Es beneficioso para mí y para la otra persona?

Si lo que pensabas decir no cumple estas tres premisas, es más prudente detenerse y posponer la conversación para un momento en el que te encuentres más calmado y puedas abordar la situación con empatía.

#5: Si ya estás en medio del conflicto, gestiónalo de forma constructiva

A veces los desacuerdos son inevitables, pero su gestión puede marcar la diferencia. Cuando un conflicto ya no se puede evadir, abórdalo con una mentalidad constructiva. Buscad soluciones en conjunto, evitando la confrontación negativa y aprended a ceder cuando sea necesario.

Si no lo gestionáis bien y la discusión empeora, a veces es necesario tomar distancia física. En situaciones donde esto no es posible, es crucial optar por un distanciamiento emocional.

Es importante que podáis concederos espacio cuando la discusión alcanza su punto más álgido, ya que este espacio es fundamental para resolver el conflicto.

Establecer acuerdos, como una palabra o conducta que indique “posterguemos esta conversación”, puede ser clave para romper una dinámica tensa. Por eso, os animamos a respetar cuando la otra persona busca cierta distancia durante la discusión, pero también convenir en retomar el diálogo cuando la intensidad emocional haya disminuido.

#6: Cuida tu espacio personal

Como hemos dicho antes, respetarte a ti es el primer paso para poder respetar a otros. El equilibrio entre la convivencia y la privacidad contribuye a un ambiente más saludable.

Por eso, debes concederte espacio personal para gestionar bien una convivencia. Este consejo es aún más crucial para las personas que no solo comparten espacio, sino también deben integrar responsabilidades y el teletrabajo.

El espacio personal se puede asegurar de dos formas: física o temporal. Os planteamos dos maneras de ponerlo en práctica para que podáis disfrutar del uno del otro sin sobresaturaros.

  1. Si pasáis mucho tiempo juntos:
    Una manera de asegurarnos de que cada uno cuenta con su intimidad, es establecer “momentos de no interferencia” cada día. Estos momentos diarios para estar a solas son cruciales, donde cada uno pueda decidir cómo desea vivirlos y permitiendo la libertad mental de cada persona.
    En cambio, también podemos plantear momentos específicos para compartir y estar juntos, ya sea disfrutando de un café, viendo una serie o simplemente en compañía del otro.
  2. Si compartís mucho el espacio:
    Compartir el espacio no implica estar constantemente conectados: la necesidad de tener un espacio propio es una expresión común en cualquier relación.
    Por eso, es importante que de vez en cuando te alejes de tu compañero/a y te dediques un rato a una actividad individual, como leer, escuchar música o ver una película (usando auriculares para respetar las posibles necesidades del otro y las de tus vecinos y aislar la casa de ruido y fomentar la tranquilidad).
    También es importante repartir los espacios de teletrabajo en diferentes estancias o espacios de la casa u oficina, para así poder distraerte durante unas horas y centrarte en una actividad tuya al 100%.

#7: Fomenta el reconocimiento positivo

Un consejo tan sencillo como útil, pues el reconocimiento positivo fortalece las relaciones. Aprecia los esfuerzos y logros de los otros, incluso en las pequeñas cosas. Este gesto genera un ambiente positivo y motivador, promoviendo la mejora continua.

10 consejos para mejorar la convivencia

#8: Mantén un mínimo orden en los espacios que compartís

La clave para mejorar la convivencia y hacerla más saludable radica en el respeto por los espacios compartidos. Con frecuencia, los desacuerdos surgen debido al desorden, y no solo hablamos de objetos, ropa o habitaciones, sino que este orden se extiende a la vida diaria, las acciones y las actividades.

Sabemos que mantener la casa ordenada con niños, si es el caso, es aún más complicado, pero debemos duplicar esfuerzos, ya que el orden es un factor clave para instaurar paz y harmonía en el espacio.

También puede darse el caso de que convivas con una persona desordenada, y aunque la situación se complique un poco más, te damos un par de consejos para que logres que la convivencia entre ambos mejore:

  • Ante todo, paciencia y tolerancia. Cuanto más comprendido se sienta, más esfuerzos pondrá por no repetir el error como agradecimiento.
  • Haz una lista para repartir tareas. Aunque tú te lleves las más laboriosas, sentirás alivio al dividir las obligaciones y una sensación de justicia al no encargarte de todo tú. Por ejemplo, puedes probar el método Kanban para mejorar la productividad y la convivencia.
  • Destina espacios específicos a un determinado uso. Para una persona desordenada, entender el uso de cada espacio le permitirá aclarar su mente y ser más consecuente con lo que haga.

#9: El perdón siempre es bienvenido

Pedir disculpas puede ser una tarea desafiante para los más orgullosos, pero resulta esencial para mejorar poco a poco la convivencia. Según el conocido refrán, “equivocarse es humano y rectificar es de sabios”.

Superar el orgullo y reconocer errores no solo es un acto valiente, sino que también conlleva recompensas significativas, como alivio, comprensión e incluso alegría para todos los involucrados.

Quien pide disculpas experimenta un liberador “alivio emocional”. Por otro lado, quien otorga el perdón tiene la oportunidad de hacerlo, fortaleciendo varios aspectos de su personalidad y cultivando empatía y compasión.

Es decir, la capacidad de disculparse no solo es un gesto de humildad, sino una herramienta poderosa para construir y mantener relaciones sólidas.

#10: El sentido del humor, un gran activo para una buena coexistencia

Hay situaciones en las que las soluciones fáciles son las que funcionan, y el humor puede ser un poderoso aliado en la convivencia. Cultivar un ambiente ligero y positivo mediante el humor ayuda a reducir tensiones y fortalecer los lazos emocionales que os unan.

Eso sí, el humor, además de ser compartido, debe ser, ante todo, siempre respetuoso y no ofensivo. Por eso, es importante que conozcas bien a tu compañero/a y sepas qué puntos podrían llegar a molestarle para evitarlos.

Mejorar la convivencia implica un compromiso constante y la aplicación de hábitos saludables en nuestras interacciones diarias. Desde una comunicación abierta hasta el fomento de la empatía, aplica estos trucos en tu vida diaria y observa cómo la mejora en la convivencia se convierte en una realidad palpable. ¡Comienza hoy mismo!

Si te gustaría conocer más consejos y tips para mejorar tu calidad de vida, puedes echarle un ojo a nuestro blog, en el que encontrarás noticias, recomendaciones y trucos.