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¿Qué necesitas entender para pasar de ahorrador a inversor?

¿Qué necesitas entender para pasar de ahorrador a inversor?

Son malos tiempos para los ahorradores. Llevan siendo malos tiempos varios años y es de prever que no vayan a mejorar en un futuro cercano. Los productos financieros de ahorro con el menor riesgo, los depósitos bancarios, no ofrecen ninguna rentabilidad. Sin embargo, los españoles mantenemos hoy más de un billón de euros en este tipo de depósitos.

Son malos tiempos para los ahorradores. Llevan siendo malos tiempos varios años y es de prever que no vayan a mejorar en un futuro cercano. Los productos financieros de ahorro con el menor riesgo, los depósitos bancarios, no ofrecen ninguna rentabilidad. Sin embargo, los españoles mantenemos hoy más de un billón de euros en este tipo de depósitos.

La rentabilidad de los depósitos bancarios depende del precio oficial del dinero que establezca el Banco Central Europeo (BCE). Como los tipos de interés oficiales están en mínimos, los bancos no ofrecen ninguna rentabilidad por el dinero que custodian en nuestro nombre. Además, como mantener ese dinero tiene un coste para los bancos, nos cobran comisiones. Así, tener el ahorro parado en un depósito, nos puede costar dinero.

¿Por qué tenemos el dinero parado en un banco?

Por dos motivos principalmente. Por miedo al futuro, en primer caso. Queremos tener el dinero disponible para lo que pueda ocurrir en un futuro cercano y nos da pánico asumir el más mínimo riesgo con él. Además, existe una falta de cultura financiera que genera miedo a la inversión. Y esa es la segunda razón. No sabemos invertir y no queremos aprender.

No sabemos poner el ahorro a trabajar

Nosotros en Vive Más Vidas no somos una web de inversiones y no tenemos interés en convencerte de que inviertas. Pero queremos ayudarte con esas dudas financieras que te impiden poner a tu dinero a trabajar.

La primera idea de debes plantearte es la de que tus ahorros trabajen por ti. Si no lo hacen, si no te ofrecen una rentabilidad, estás perdiendo tiempo porque el dinero bajo el colchón no crece. Y estás perdiendo dinero, porque las cosas siguen subiendo de precio día a día. Se llama inflación.

Si tu dinero no crece más que los precios, cuando lo saques del colchón valdrá menos porque todo habrá subido y con ese importe podrás comprar menos cosas. Cien euros cada vez compran menos en el supermercado, ¿verdad? Pues a tu ahorro le pasa igual. Cuando lo recuperes podrás comprar menos con él. De ahí la necesidad de que ese ahorro crezca para que no pierda poder adquisitivo.

Invertir no es especular

Debes entender que hay una gran diferencia entre poner a tu dinero a trabajar en un producto financiero de escaso riesgo y elevada liquidez, lo que sería ahorrar, y ponerlo en un producto de elevado riesgo y baja liquidez, lo que sería especular.

La virtud descansa en el término medio. Del mismo modo de ahorras para un objetivo determinado, debes invertir para un objetivo concreto. Del mismo modo que destinas ahorro para las vacaciones de verano en invierno, puedes destinar dinero para tu jubilación mientras te queden años para el final de tu vida laboral.

 

Con la inversión es igual, porque cuanto más tiempo le des al dinero, más rentabilidad podrá darte él a ti. Si no quieres asumir riesgos con tu dinero, lo que debes hacer es darle más tiempo para que crezca. El riesgo y el beneficio van de la mano en las inversiones.

Pero la clave es el tiempo. Porque puedes conseguir mucho dinero en poco tiempo si arriesgas mucho o puedes conseguir un poco de dinero en mucho tiempo si arriesgas poco. Lo seguro es que no puedes conseguir algo, si no inviertes.

Primeros pasos en una inversión

Primeros pasos en una inversión

Sabes que estás perdiendo dinero por tenerlo bajo el colchón y decides mantener a mano una parte para eventuales emergencias, pero otra parte, decides ponerlo a trabajar. Bien hecho: cambiar de mentalidad es el primer paso para convertirte en inversor.

  1. No tengas miedo a ese primer paso: invierte solo una parte y guarda otra para cubrir tus eventualidades futuras. Valora qué cantidad puedes destinar a la inversión y cuánto tiempo vas a dar de margen a esa inversión para que dé sus frutos. Asumir menos riesgos supone tener que darle más tiempo a la inversión, por lo que debes tener paciencia.
  2. El segundo paso es dedicar tiempo a aprender cómo funcionan los productos financieros. Hay profesionales independientes, familiares o amigos a quienes consultar, pero lo mejor es ir aprendiendo. Del mismo modo que tienes una disciplina al ahorrar, debes tener una cierta disciplina al invertir. Y la clave es conocer en qué inviertes. Así que fuera miedo a los productos financieros.

Para tus primeros pasos son ideales los productos de bajo riesgo (conservadores) y que se gestionan por profesionales. Entendemos por productos de bajo riesgo los productos que garanticen total o parcialmente la inversión inicial. También se los denomina productos defensivos porque persiguen no arriesgar a cambio de ganar menos. Su objetivo es batir a esa inflación que se come tu ahorro y poco más.

Pero ¿qué es un producto defensivo? Un depósito, claro. Pero si no ofrecen rentabilidad… Pues damos un paso más. Cialp, Sialp, Pias… fondos de inversión conservadores (fondos de renta fija o renta fija mixta), etc.

¿Cuánto invierto?

Cada producto financiero tiene sus mínimos, pero no son elevados. Puedes empezar desde casi cualquier cifra. Lo que sí es importante, es que -igual que realizas aportaciones al colchón- realices aportaciones periódicas a tu cartera de inversión (constancia). Si tu inversión funciona, cree en ella. Es un árbol que da frutos. Cuídalo.

Por último, junto con la paciencia y la constancia, es clave la diversificación. Sin embargo, diversificar solo es necesaria si tienes una cifra de inversión relevante. Diversificar supone repartir el dinero en varios instrumentos, plazos o niveles de riesgo. Diversificar no es rentable si tu cartera de inversión es pequeña, pero te ayuda a minimizar los riesgos en el total de tus inversiones.

Si inviertes en un solo producto financiero, por ejemplo, en un fondo de inversión, no necesitas hacer mucho seguimiento, pero cuando inviertes en varios, tienes que equilibrar la cartera para que los riesgos y los gastos se mantengan dentro de unos márgenes razonables.

En conclusión…

Todo lo que necesitas para pasar de ahorrador a inversor es entender el concepto de que el ahorro (tu dinero) tiene que trabajar para ti. La inversión te exige paciencia y constancia, pero el paso difícil es el cambio de mentalidad.

Si inviertes solo una parte de tu ahorro en un producto defensivo no asumes grandes riesgos. Y tampoco necesitas convertirte en un experto en finanzas. Así que no tengas miedo a empezar o a aprender.

Por último, para pasar de ahorrador a inversor solo hay que entender que los depósitos no pueden ofrecer nada por tu dinero y que hay alternativas en el mercado para obtener cierta rentabilidad con bajo riesgo sin comprometer tu ahorro. Sí, con muchos de ellos puedes recuperar el dinero invertido con rapidez si lo necesitas. Cuando los conozcas, lo sabrás.

Sigue leyendo más sobre cómo gestionar tu dinero en nuestro blog de finanzas personales.

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