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Jubilación anticipada: cómo funciona y qué tener en cuenta

Finanzas
20min.
Un hombre y una mujer, con una taza de café disfrutando de su jubilación

Cada vez estamos más cerca de fijar la edad de jubilación en los 67 años. Quizá por esto la vida laboral se nos hace cada vez más larga. ¿Cómo reducirla? Hablemos en detalle de la jubilación anticipada, una fórmula cada vez más usada por los españoles.

Aunque a muchos puede que ni les suene, la jubilación anticipada es una opción muy de moda entre los españoles . De hecho, ya en 2023, uno de cada tres trabajadores y autónomos ponía punto y final a su vida profesional de forma anticipada. Suena de lo más tentador, pero lo cierto es que exige cumplir con ciertas condiciones para poder acogerse a ella y, más importante todavía, suele tener contrapartidas en forma de recortes en la pensión que se va a cobrar.

Por si aún no conoces esta opción o te estás planteando tomarla, repasamos todo lo que debes saber: desde los diferentes tipos de jubilación anticipada que existen, las excepciones o variantes para diferentes colectivos profesionales, las principales ventajas y desventajas de adelantar la jubilación y, por último, algunos consejos financieros para prepararse ante esta nueva etapa de la vida.

Qué es la jubilación anticipada

A grandes rasgos, la jubilación anticipada es una forma que permite a los trabajadores finalizar su trabajo y empezar a cobrar la pensión antes de la edad designada. A este tipo de jubilación se puede acceder de forma voluntaria o bien forzosa, haciendo diferencias entre aquellos que se ven forzados a abandonar y aquellos que lo desean.

Las condiciones para acceder a cada una de ellas varía, pero lo que sí es común es que ambas sufren una reducción de la prestación por jubilación, un recorte que se mantiene sine die y que es uno de los principales puntos negativos de optar anticipar la jubilación.

Antes de ver cada tipo de jubilación anticipada conviene recordar que, después de las últimas reformas de las pensiones, la edad de jubilación en España está en aumento con el objetivo de situarla en los 67 años al llegar a 2027. En la actualidad, la edad mínima de jubilación se sitúa en los 65 años si se ha cotizado más de 38 años y tres meses, mientras que si no los tenemos la edad ordinaria de jubilación se sitúa en los 66 años y ocho meses. Convendrá tenerlo en mente.

La jubilación anticipada voluntaria

En esta modalidad es el trabajador o autónomo quien decide cuándo se jubila. Para poder optar a ella, sin embargo, es esencial que esta petición se realice como máximo dos años antes de la edad legal de jubilación. Puede solicitarse más tarde, pero nunca antes de este tiempo. Si lo ponemos en números exactos, la jubilación anticipada voluntaria puede tomarse a partir de los 63 años si se alcanza el límite de cotización o a los 64,8 años si no.

Además de la edad, hay tres requisitos extra que se deben cumplir para poder beneficiarse de la jubilación anticipada voluntaria. El primero es tener un mínimo de 35 años cotizados. Aquí cuenta como tiempo cotizado, además del periodo trabajado, desempleos, bajas por incapacidad o maternidad y paternidad, así como el servicio militar o la prestación social sustitutoria, aunque estos últimos con un límite máximo de un año. Lo que no computan aquí son las pagas extraordinarias.

El segundo es que de los últimos quince años previos a la solicitud de jubilación, al menos dos deben ser cotizados. Y el último requisito es la cuantía de la pensión. Esta debe ser superior a la pensión mínima que recibiríamos si nos jubilamos en la edad señalada por ley en lugar de hacerlo antes. Recordamos que esta pensión mínima contributiva suele renovarse anualmente y varía en función de las condiciones personales y familiares. Sin cónyuge son 874 € mensuales, con cónyuge 829 € y con cónyuge dependiente 1.127 €.

Cuánto pierdo por jubilarme antes de esta forma 

Turno de las malas noticias. Tal y como ya hemos anticipado, la jubilación anticipada voluntaria supone reducir la cuantía de pensión que vamos a recibir mensualmente. ¿Cuánto? Pues depende de los años cotizados y el tiempo que decidamos adelantar la jubilación. El primero beneficia, mientras que el segundo penaliza (y mucho).

Para que tengas toda la información unificada, veamos los coeficientes reductores que aplican a esta modalidad de jubilación, aunque si prefieres, puedes consultar las tablas de penalización por jubilación anticipada voluntaria de la Seguridad Social.

Tiempo de adelanto

-38 años y 6 meses cotizados

De 38 años y 7 meses a 41 años y 6 meses cotizados

De 41 años y 7 meses a 44 años y 6 meses cotizados

+44 años y 6 meses cotizados

24 meses (límite)

21 %

19 %

17 %

13 %

23 meses

17,6 %

16,5 %

15 %

12 %

22 meses

14,7 %

14 %

13,3 %

11 %

21 meses

12,6 %

12 %

11,4 %

10 %

20 meses

11 %

10,5 %

10 %

9,2 %

19 meses

9,8 %

9,3 %

8,9 %

8,4 %

18 meses

8,8 %

8,4 %

8 %

7,6 %

17 meses

8 %

7,65 %

7,3 %

6,9 %

16 meses

7,3 %

7 %

6,7 %

6,3 %

15 meses

6,8 %

6,5 %

6,15 %

5,85 %

14 meses

6,3 %

6 %

5,7 %

5,4 %

13 meses

5,9 %

5,6 %

5,3 %

5,1 %

12 meses

5,5 %

5,25 %

5 %

4,75 %

11 meses

5,2 %

4,95 %

4,7 %

4,5 %

10 meses

4,9 %

4,7 %

4,5 %

4,2 %

9 meses

4,6 %

4,4 %

4,2 %

4 %

8 meses

4,4 %

4,2 %

4 %

3,8 %

7 meses

4,2 %

4 %

3,8 %

3,6 %

6 meses

4 %

3,8 %

3,6 %

3,45 %

5 meses

3,8 %

3,65 %

3,5 %

3,3 %

4 meses

3,7 %

3,5 %

3,3 %

3,2 %

3 meses

3,5 %

3,4 %

3,2 %

3 %

2 meses

3,4 %

3,2 %

3,1 %

2,9 %

1 mes

3,3 %

3,1 %

2,9 %

2,8 %

Para tratar de verlo más claro, pongamos un ejemplo rápido.Imaginemos una persona cuya pensión sería unos 1.000 € mensuales, pero que decide avanzar dos años su jubilación. Eso le dejaría con una pensión que oscilaría entre los 870 € y los 790 €, dependiendo del tiempo que lleva cotizado.

¿Quieres calcular exactamente cuál sería tu pensión para ver si te sale a cuenta? Lo más fiable es consultar el simulador de pensión de jubilación del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Para poder usarse requiere de una identificación como un certificado digital o un DNI electrónico, pero la parte buena es que usa datos personales para dar una respuesta precisa.

La jubilación anticipada involuntaria o forzosa

La ley contempla otro método de jubilación orientado a aquellas personas que han perdido su empleo, siempre y cuando haya sido por causas ajenas a su voluntad. Esto incluye:

  • Despidos colectivos (EREs)
  • Despido objetivo por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción
  • Despido por rechazar un traslado con cambio de residencia
  • Despido causado por un cambio sustancial de las condiciones de trabajo y que menoscaban la dignidad del trabajador
  • Fallecimiento o jubilación del empresario
  • Resolución del contrato por vía judicial como un concurso de acreedores, infracciones…
  • Extinción del contrato por fuerza mayor
  • Abandono del puesto de trabajo por violencia de género en el caso de mujeres

En estos casos es posible anticipar la jubilación hasta los 61 años, aunque como pasa con la voluntaria, es necesario cumplir con algunos requisitos.

El primero y quizá el más relevante es que el evento causante del despido debe haber sucedido por lo menos cuatro años antes de alcanzar la edad de jubilación. El segundo es contar con un mínimo de 33 años cotizados y que al menos dos se sitúen en los últimos 15 más recientes.

Por último, también se debe haber estado inscrito como demandante de empleo en el SEPE durante seis meses como mínimo. Y aunque no debería resultar un problema, no está de más remarcar que debemos poder demostrar el carácter involuntario de la solicitud de jubilación anticipada mediante documentación y otras pruebas.

Cómo afecta esta modalidad a la pensión 

Solicitar la jubilación anticipada involuntaria también supone una reducción en la cuantía de la pensión que vamos a percibir. Y esta también se basa en los mismos criterios: años cotizados y meses que anticipemos la jubilación.

Si comparamos mes a mes con la modalidad, la jubilación anticipada forzosa es más bondadosa a la hora de aplicar coeficientes reductores. Sin embargo, al poder solicitarse antes, (48 meses vs 24 meses) los porcentajes alcanzan hasta un -30 %, lo que supone un duro golpe a la mensualidad de la pensión. Si quieres calcular cuál sería en tu caso te aconsejamos consultar las tablas de penalización de la jubilación anticipada involuntaria publicadas por la Seguridad Social.

Un hombre de unos 65 años, sentado en el sofá, trabajando con su ordenador

Otros tipos de jubilación anticipada para trabajadores

La voluntaria y la forzosa no son los únicos tipos de jubilación anticipada que existen. La ley contempla otros escenarios que, si bien son bastante específicos o para casos muy concretos, no está de más conocer.

Por discapacidad

Esta modalidad está orientada a personas con un grado de discapacidad reconocido y tiene la interesante particularidad de no reducir la cuantía de pensión a recibir en ningún contexto.

Existen dos caminos para poder optar a este tipo de jubilación anticipada. El primero es para aquellas personas con una discapacidad superior al 65 %, las cuales pueden avanzar su jubilación un año por cada cuatro trabajados. Si la persona solicitante además requiere la ayuda de terceras personas la reducción mejora, pasando a ser de un año de anticipación por cada dos trabajados.

Es importante tener en cuenta que estos años trabajados deben haberse realizado con la discapacidad reconocida. Para entenderlo con un ejemplo, si tenemos 38 años trabajados, pero solo 12 son con discapacidad podríamos adelantar la jubilación un total de tres años (12/4 = 3) o seis (12/2 = 6) en el caso de requerir ayudas externas.

El otro camino para acceder a esta modalidad exige tener un grado de discapacidad del 45 % o superior, aunque solo podrán acogerse aquellas personas que padezcan ciertas discapacidades o patologías como son la discapacidad intelectual, la parálisis cerebral, daño cerebral adquirido, enfermedades como esquizofrenia o trastorno bipolar, trastornos del espectro autista, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple o el síndrome de Tourette, anomalías genéticas como fibrosis quística o síndrome de Down o secuelas de tumores SNC, entre otras. La mejor forma de conocer cuáles permiten acogerse a este tipo de jubilación es consultar el anexo del Real Decreto 370/2023, ya que el listado se va actualizando periódicamente para incluir nuevas condiciones.

Por trabajos peligrosos, penosos, tóxicos o insalubres, la famosa jubilación a los 52 años

Si algo tienen en común los bomberos con los mineros, trabajadores de plataformas petroleras o centrales energéticas, técnicos de alcantarillado o ferroviarios es la dureza o peligrosidad de su trabajo. Tras años de lucha sindical, en junio de 2025 entró en vigor un Real Decreto que actualiza y mejora el anterior en cuanto a condiciones de jubilación anticipada.

Como pasa en los otros tipos de jubilación, esta modalidad exige cumplir con ciertos requisitos para poder optar a ella. En primer lugar, se debe desarrollar una actividad con índices de mortalidad o morbilidad más altos que la media. La morbilidad, por si te lo preguntas, es la proporción de trabajadores que enferman o tienen accidentes o lesiones en un trabajo. Es importante saber que, a pesar de cumplir con este requisito, primero se estudiará la posibilidad de modificar las condiciones de trabajo y solo en aquellos casos en los que no sea factible se ofrecerá la jubilación anticipada.

El límite mínimo para optar a esta prestación es de 52 años, el menor de todos, aunque para llegar a esta edad se debe desarrollar una actividad de especial peligrosidad. Aquí también existen coeficientes reductores en función de lo que se anticipe la jubilación, sin embargo estos cambian dependiendo de la profesión y tarea desempeñada.

Para conductores profesionales 

Debido a la alta exigencia física y de reflejos, las largas jornadas y los muchos riesgos que entraña la carretera, los conductores de camión, autobús o taxi se consideran un subgrupo de trabajos peligrosos y penosos. Como ya hemos anticipado, cada uno cuenta con sus propias condiciones a cumplir a la hora de acceder a la prestación de jubilación antes de tiempo.

En su caso la edad de jubilación mínima se sitúa en los 62, pero para determinar el momento exacto en que cada trabajador pueda cogerla depende del tiempo cotizado y haber trabajado un mínimo de 10 años en el sector. Los períodos mínimos de cotización que exige esta jubilación es de 38 años y 3 meses, aunque es necesario más para alcanzar esos 62. Tal y como mencionábamos en el apartado anterior, si el trabajo es de especial peligrosidad se podría llegar a rebajar drásticamente.

En el caso de la jubilación anticipada forzosa se podrá tomar a partir de los 61, pero para obtenerla se necesitan entre 36 y 38 años cotizados y poder alegar causas objetivas para su solicitud, como puede ser un despido o un problema de salud.

Para funcionarios

Los funcionarios públicos también cuentan con una fórmula específica a la hora de anticipar su jubilación o, mejor dicho, dos. Y es que aquellos que estén bajo el régimen de clases pasivas tienen unas condiciones y los que operan bajo el régimen de la Seguridad Social, otras.

En el primer supuesto pueden jubilarse a los 60 y sin ningún tipo de recorte ni coeficiente reductor. para obtener este beneficio es esencial contar con un mínimo de 30 años de labor paracuando los últimos cinco hayan sido bajo el régimen de clases pasivas.

Al otro lado están aquellos que dependen de la Seguridad Social, que básicamente son todos aquellos funcionarios que iniciaron sus labores en el sector público después de enero de 2011. Aquí las condiciones son algo menos favorables, ya que la edad mínima de jubilación anticipada pasa de los 60 a los 63 años, se requiere un mínimo de 38 años y 3 meses cotizados y que al menos dos de los 15 últimos hayan sido como funcionario.

Profesionales docentes

El casi millón de profesores y profesoras que hay en España son un buen ejemplo de la jubilación temprana para funcionarios.

Los regímenes pasivos (contratados en 2010 o antes) pueden acceder a partir de los 60 sin que se apliquen coeficientes reductores siempre que acrediten los 30 años de servicio, mientras que los que operan bajo el régimen de la Seguridad Social (de 2011 en adelante) necesitan cumplir algún requisito más.

En este segundo caso, la edad mínima de jubilación anticipada pasa de los 60 a los 64 y 6 meses, se requiere un mínimo de 35 años cotizados (5 más que en el otro supuesto) y, además, sí se aplican coeficientes reductores, lo que penaliza económicamente al demandante.

Profesor de Universidad de unos 65 años, haciendo clase a sus alumnos en el aula

¿Qué pasa con la jubilación avanzada para autónomos?

La vida del autónomo es muy sacrificada, pero muchas veces no se reconoce su labor. Por suerte, este no es el caso, ya que los funcionarios sí pueden optar a la jubilación anticipada. De hecho, en algunos casos concretos como incapacidad o para taxistas, trabajadores de la construcción y otros trabajos peligrosos o penosos las condiciones son exactamente iguales a las que hemos visto.

Si hablamos en general, para acogerse a esta prestación existen dos opciones que dependen plenamente de la edad de alta. Los autónomos mutualistas que se dieron de alta como máximo el 1 de enero de 1967 y con cotización suficiente pueden acceder a la jubilación anticipada a los 60 años.

En el caso de los no mutualistas (es decir, a partir del 1 de enero de 1967 o la gran mayoría) es necesario haber cotizado 30 años, que dos de ellos están en los últimos 15 años y haber estado inscrito un mínimo de seis meses como demandante de empleo en el SEPE. Si se reúnen estas condiciones es posible acceder a partir de los 61 años.

Conviene recordar que, de base, la jubilación de un autónomo no es muy alta. Para que mejore es clave aumentar las aportaciones en forma de cuota a lo largo de la vida profesional. Decimos esto porque pueden haber sorpresas desagradables al aplicar la cuota reductora, dejando pensiones muy bajas. Para mitigar esto, además de las opciones que veremos al final, existen opciones como la jubilación activa, que permite ir recibiendo parte de la pensión mientras se sigue trabajando y cotizando.

Repasando las ventajas y desventajas de jubilarse antes 

Tomar la decisión de dejar de trabajar antes de tiempo tiene ventajas sobre nuestra vida, pero en contrapartida puede mermar nuestra economía. Repasemos los principales pros y contras de la jubilación anticipada:

Qué aporta de positivo dejar de trabajar

La respuesta rápida es tiempo y calidad de vida. Jubilarse, en general, significa volver a ser dueños de las 24 horas de nuestro día durante todo el año, sin tener que preocuparnos por temas laborales o madrugar. Eso, más allá de ser un descanso, permite dedicar muchas más horas a aquello que nos llena o simplemente nos gusta y nos hace feliz. Hablamos de pasar tiempo de calidad con la familia, desarrollar algún hobby, viajar o lo que nos plazca.

Además, actualmente se llega a las edades de jubilación en un muy buen estado tanto físico como mental, lo que permite mantener un estilo de vida activo sin demasiados impedimentos.

Jubilarse también significa decir adiós a todo el estrés, preocupaciones y cansancio vinculados a un puesto de trabajo, lo que también repercute en una mejor salud. Existen estudios en autónomos, como el realizado por la Fundación de Estudios de Economía aplicada (FEDEA) que dicen que el riesgo de morir antes de los 75 se reduce drásticamente por cada año de jubilación que se avance. También es útil dedicar un poco de este tiempo extra a cuidar nuestra salud.

Por último, puede ser un auténtico alivio para aquellas personas que padecen algún tipo de enfermedad o dolencia la cual no les impide trabajar. Seguir cumpliendo sus funciones en este estado puede ser contraproducente para su salud, por lo que jubilarse de forma anticipada puede marcar la diferencia para este tipo de trabajadores o autónomos.

Los puntos negativos de jubilarse antes

Lo primero a tener en cuenta aquí es que los puntos positivos que acabamos de ver se afrontan con una pensión de jubilación menor. Como hemos visto la jubilación anticipada significa tener menos dinero para hacer aquello que queremos en comparación con una jubilación normal.

A efectos prácticos, esta pérdida de poder adquisitivo significa tener que revisar el presupuesto de vida y posiblemente hacer algún ajuste o recorte. Eso puede significar no salir tanto como teníamos previsto o tener que prescindir de alguna actividad o gasto extra. También supone una merma en la capacidad de ahorro, así como un posible aumento en la dificultad a la hora de afrontar gastos imprevistos como, por ejemplo, un tema de salud.

También pueden existir implicaciones fiscales o afectaciones en tus derechos del Estado (Seguridad Social, etc.). Debemos tener presente que la forma en que se gravan nuestros ingresos puede variar, lo que podría desencadenar en multas u otro tipo de penalizaciones.

A todo ello hay que añadir el síndrome del jubilado, una situación que pueden sufrir todas las personas de más de 65 años que dejan de trabajar y que consiste en sentirse aburrido, deprimido o carente de propósito.

Consejos financieros para afrontar la jubilación anticipada con garantías

Si bien es cierto que la pensión de jubilación actúa como un sueldo cuando no trabajamos, por lo general esta suele ser más baja que nuestro sueldo anterior. Y eso en condiciones normales, ya que al aplicarse una jubilación anticipada esta cuantía se verá aún más reducida.

Con esa pequeña cantidad de dinero debemos afrontar nuestro día a día, lo que significa gastos fijos, variables, imprevistos y un largo etcétera de cosas que pueden hacer que nuestro retiro no sea tan dorado como deseamos. ¿Cómo evitarlo? Te damos algunos consejos para tratar de minimizar este tipo de sorpresas económicas negativas durante tu jubilación.

Apoyarse en un buen ahorro previo 

Como ya hemos dicho en varias ocasiones en este blog, es importante tener objetivos de ahorro. Algunos pueden ser a corto plazo, como unas vacaciones, mientras que otros (los más importantes) suelen ser a largo plazo. La jubilación se incluye en este segundo grupo y es clave no posponer el ahorro en pro de otras metas financieras.

La ventaja de empezar pronto es que el tiempo juega a nuestro favor, por lo que si somos constantes a lo largo de los años y jugamos con el interés compuesto obtendremos una buena cantidad de dinero al llegar la jubilación sin apenas esfuerzo.

¿Cuándo es la edad adecuada para empezar? Los expertos recomiendan que el momento ideal se halla entre los 30 y los 40, pero como es evidente, cuanto antes mejor. Si tienes curiosidad, te recomendamos echar un vistazo a cómo comprobar si tus ahorros son suficientes para la jubilación.

Si ya has sobrepasado esa edad no te rindas. El segundo mejor momento para empezar a ahorrar es ahora, así que manos a la obra. Eso sí, si quieres recuperar el tiempo perdido (o al menos recortarlo) debes fijar aportaciones más altas y ser muy constante, ya que de lo contrario corremos el riesgo de quedarnos cortos y tener que apretarnos el cinturón a una edad avanzada para poder afrontar un gasto imprevisto sin ahorros.

No pensar que los gastos tras la jubilación va a ser lineales

A la hora de planificar el ahorro necesario para la jubilación lo fácil y más común es pensar en qué cantidad extra de dinero vamos a necesitar mensualmente para complementar la pensión. Una vez establecido multiplicamos por 12 para hacer el año y de ahí, volvemos a multiplicar por los años que esperamos vivir. Este método, sin embargo, tiene un pequeño gran problema: no tiene en cuenta que los gastos aumentan conforme nos hacemos mayores.

Factores como una mayor necesidad de servicios médicos, fármacos o cuidados asistenciales suelen ir aumentando progresivamente conforme vamos cumpliendo años. Por ejemplo, un caminador no es algo que se suela requerir a los 68 años, pero sí es más habitual al acercarse a los ochenta. Posibles sobrecostes como estos es necesario contemplarlo, ya que de lo contrario podrían arruinar toda nuestra planificación financiera y obligarnos a vivir con lo justo en un momento tan delicado.

Las futuras necesidades no son el único problema. Otro punto importante aquí es la inflación, la cual afecta a la sociedad al completo. El constante aumento del coste de vida también es una seria amenaza para nuestra planificación, por lo que conviene tenerla en cuenta a la hora de ahorrar.

Consulta a un especialista 

Aunque suenen parecidas, una jubilación y una jubilación anticipada no son lo mismo. Al margen de la cuantía a cobrar, dejar de trabajar antes de tiempo conlleva una serie de implicaciones laborales y fiscales que no podemos obviar. El gravamen que reciben tus ingresos, por ejemplo, puede variar en función del tipo de jubilación anticipada y tu caso particular.

Para evitar problemas de futuro conviene asesorarse antes de tomar la decisión y también una vez ya jubilados. Un abogado laboral te puede ayudar a revisar tu caso y verificar que todo está correcto, así como asesorarte en este proceso de transición. Esto es especialmente importante en los casos de jubilación anticipada forzosa, ya que la empresa podría cometer algún error u obrar de mala fe. Por ello, antes de firmar nada, conviene estar totalmente seguros del paso que vamos a dar.

Otra figura útil en estos casos son los abogados especializados en derecho fiscal. Este tipo de profesionales son los ideales para orientarnos y solventar dudas a nivel económico e impositivo, cubriendo así cualquier posible discrepancia que podamos tener con el Estado debido a nuestra nueva situación. Por si nunca has consultado a uno debes saber que visitarlos no obliga a nada. Simplemente concierta una cita con ellos, apunta todas tus preguntas y conviértelas en certezas gracias a sus respuestas.

Apóyate en productos financieros 

La pensión y el ahorro previo no son las únicas fuentes de ingresos en la jubilación. Existen diversos productos financieros pensados (o utilizados) para darnos un plus de bienestar en forma de dinero durante esta época de nuestra vida.

Los más comunes son los planes de pensiones, en los que vamos haciendo una hucha a lo largo de nuestra vida laboral mediante aportaciones anuales de 1.500 € anuales (o 4.500 € si son profesionales). Como pasa con la jubilación anticipada, podemos recuperar un plan de pensiones antes de tiempo, aunque como ya hemos explicado en este blog tiene sus contras.

También existen diferentes alternativas a los planes de pensiones que pueden resultar incluso más útiles en algunos casos. Hablamos de inversión en fondos o en Bolsa o la compra de deuda pública, entre otras opciones.

Aprende a mejorar tu forma de gestionar el dinero

Como ves, en el tema de adelantar la jubilación todo se resume a que los números cuadren. Saber gestionar nuestro dinero es clave para este y muchos otros aspectos de nuestra vida. En Cofidis estamos a tu lado con contenidos e información útil y gratuita para mejorar tus conocimientos financieros.